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El tiempo es tu posesión más valiosa

El trabajo es la vocación de los vivos; la ociosidad es la muerte. El tiempo perdido ociosamente, según el Imam Ibn Al-Qayyim, es incluso peor que la muerte:

“Perder el tiempo te separa de Allah y del más allá, mientras que la muerte te separa de la vida mundana y de su gente”.

Este mundo es una un lugar de cultivo para la gente cuyo beneficio cosecharán en el próximo; los que no siembran nada en este mundo no cosecharán nada en el próximo, sólo pérdidas y lamentos.

Muchos hacen caso omiso de los regalos de la salud y el tiempo libre. El Profeta Muhammad dijo:

Dos bendiciones que mucha gente no aprecia son la salud y el tiempo libre.

Al-Bujari

Muchas personas con salud y mucho tiempo deambulan sin rumbo fijo, sin esperanza, ocupación o una causa a la que dedicar su vida:

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¿Acaso pensasteis que os habíamos creado únicamente como diversión y que no habríais de volver a Nosotros? ¡Ensalzado sea Allah, el Rey Verdadero, no hay dios sino Él, el Señor del noble Trono.

Corán, 23:115-16

La vida, la tierra y los cielos fueron creados bajo un premisa verdadera, que la humanidad debe conocer y cumplir en este mundo, porque mañana se les preguntará acerca de ella. El Profeta dijo:

Los dos pies de un esclavo no se moverán el Día de la Resurrección hasta que se le pregunte sobre su vida, ¿qué hizo con ella? Su conocimiento, ¿qué hizo con él? Su riqueza: ¿de dónde la ganó y en qué la gastó? Y su cuerpo, ¿cómo se desgastó?

At-Tirmidhi

El yo del hombre está siempre activo. Si no se ocupa de la verdad, se ocupará de la falsedad. Si no se comienza una inercia rápida y constructiva de buenas obras, esfuerzos, crecimiento y producción, será arrastrado por pensamientos imprudentes a un torbellino de trivialidades y tonterías.

Dale Carnegie explica esto diciendo:

“Cuando no estamos ocupados, nuestra mente tiende a convertirse en un vacío. Todo estudiante de física sabe que “la naturaleza aborrece el vacío”. Lo más parecido a un vacío que probablemente veremos tú y yo es el interior de una bombilla incandescente de luz eléctrica. Rompe esa bombilla y la naturaleza fuerza el aire a llenar ese espacio teóricamente vacío.

La naturaleza también se apresura a llenar la mente vacía. ¿Con qué?

Generalmente con emociones.

¿Por qué?

Porque las emociones de preocupación, miedo, odio, celos y envidia son impulsadas por el vigor primigenio y la energía dinámica de la jungla. Tales emociones son tan violentas que tienden a expulsar de nuestras mentes todos los pensamientos y emociones pacíficas”.

La mejor manera de proteger la vida y la mente de un hombre es tener una rutina que consuma su tiempo y energía y que no deje espacio para que el mal pueda robarle nada. Dale Carnegie continúa:

“¿Por qué algo tan simple como mantenerse ocupado ayuda a eliminar la ansiedad? Debido a una ley, una de las leyes más fundamentales jamás reveladas por la psicología. Y esa ley es: que es absolutamente imposible para cualquier mente humana, por brillante que sea, pensar en más de una cosa a la vez en un momento dado”. (Cómo dejar de preocuparse, 50)

Esto está confirmado por el versículo:

Allah no puso dos corazones en el interior del hombre.

Corán, 33:4

De igual manera que la mente no puede pensar en dos cosas diferentes al mismo tiempo, no puede estar ocupada con dos cosas contrarias.

La distribución del trabajo en el Islam a lo largo del día -y la vida- se basa en esta ley, sin dejar huecos que puedan ser llenados por falsedades vacías de verdad.

Todo un curso de vida que está resumido en el breve pero completo capítulo coránico de Al-‘Asr (Tiempo), donde Dios dice:

¡Por el Tiempo! Que es cierto que el hombre está en pérdida. Pero no así los que creen, llevan a cabo las acciones de bien, se encomiendan la verdad y se encomiendan la paciencia.

Corán, 103:1-3

La pérdida continua es inevitable en cada momento, como lo explicó el sabio erudito musulmán Al-Hassan Al-Basri:

“Oh Hijo de Adam, no eres más que unos pocos días. Cada día que pasa, una parte de ti se va “. Se imaginó que el día decía al amanecer:

“Oh Hijo de Adam, soy un nuevo día; soy testigo de tus acciones. Aprovéchate de mí, porque nunca volveré hasta el Día de la Resurrección”.

De esta pérdida constante solo quedan excluidos aquellos que prestan atención al tiempo y comprenden los cuatro medios de seguridad y éxito. Creencia en Dios, buenas obras, practicar y enseñar la verdad, y mostrar y recordarse mutuamente la paciencia ante los obstáculos que hay por delante de quienes se adhieren a la verdad.

Trabajos citados:

Carnegie, Dale. Cómo dejar de preocuparse y empezar a vivir. Nueva York: Simon y Schuster, 1990

Este artículo es un extracto traducido del libro de Sheikh Muhammad Al-Ghazali: “Renew Your Life”. Traducido y adaptado por Haya Muhammad Eid y editado por Emily Katharine Richardson. Puede leer le versión original en inglés aquí.