En el Islam no existe un trato diferencial para aquellos que son de una clase o raza diferente. Durante el Ramadán, a todos se nos han dado las mismas expectativas y demandas de Dios. Los ricos no tienen excusa para saltarse ayunos, los reyes y las reinas no están excusados para participar en actos que son haram. Todos somos juzgados por Dios de la misma manera.
La única distinción que puede ver es que aquellos que no pueden ayunar debido a razones de salud y seguridad reciben un pase. Como los niños, los ancianos, los enfermos y las mujeres que pueden estar embarazadas o menstruando.
Nuestro valor ante los ojos de Dios
Simplemente nuestras accines. A Dios no le importa la textura de tu cabello, el color de tus ojos, el tamaño del hogar en el que vives. Todos venimos del mismo humano, Adam. Todos somos de la misma familia sin importar la diversidad que ha crecido en el mundo.
Lo que le importa a Allah son las acciones que sus seguidores llevab para hacer el mayor bien. Al Profeta (la paz sea con el) se le preguntó:
“¿Quién de los hombres es el más favorecido por Allah? ‘ Él respondió: “Un hombre que hace el mayor bien a la gente”.
At-Tabaraani
Alguien que está en una multitud puede no tener valor para quienes le rodean, pero para Dios podría ser el más valioso. Si observa la forma en que funciona el mundo en medio de la pandemia de COVID-19, los miembros más valiosos de nuestra sociedad son aquellos que anteriormente se consideraban no esenciales.
Tienen el mayor valor, nos permiten comer, encontrar recursos para cuidar a nuestras familias, mantenernos saludables mientras sacrifican su seguridad. Lo que la sociedad puede considerar como valor no es lo que Dios e Islam valoran. Lo que importa está debajo de la superficie.
Entre Sus signos está haberlos creado de polvo. Luego se convierten en seres humanos que se multiplican [poblando la Tierra].
Coran 30:20