Para los nuevos musulmanes o aquellos que planean ayunar por primera vez este Ramadán, este se acerca rápidamente. Pero, el mes de Ramadán también es una fuente de esperanza y entusiasmo.
Aunque para aquellos que son nuevos en el ayuno, también puede ser una fuente de ansiedad, especialmente cuando el Ramadán cae en un mes de verano, en el que los días son largos y calurosos.
Es importante tener presente, como nuevo musulmán, que los cimientos de tu creencia estén establecidos para poder sobrellevar el ayuno y debes tener en cuenta todo consejo espiritual que puedas recibir para combatir ansiedades y miedos. Y, así, evitar obstáculos que te puedan quitar la alegría en Ramadán.
Para aliviar la ansiedad, los nuevos musulmanes o aquellos que son nuevos en el ayuno pueden comenzar a prepararse ahora, incluso antes de que comience el Ramadán. Esta preparación, para quienes empiezan, debe incluir la comprensión de la logística física del ayuno. Y una vez que se establecen estos cimientos, el nuevo musulmán puede comenzar a confiar en una fuerza espiritual mayor para tener éxito en Ramadán.
1 Entrenar para el ayuno
Nadie esperaría que una persona que pesa 45 kg levante 90 kg de peso. También sabemos que no es imposible que esa persona se vuelva lo suficientemente fuerte para hacerlo con el tiempo.
El mismo concepto de fuerza se aplica al ayuno.
Muchos musulmanes han sido entrenados a lo largo de sus vidas para adaptarse al ayuno. Han tenido un entrenamiento en el ayuno. Como una persona nuevo en el ayuno nos has tenido esta oportunidad. Pero aún tienes un par de semanas para prepararte y practicar en la medida de tus capacidades.
2 Comprender tu ciclo del hambre
A medida que ayunas sentirás hambre. Esta es la naturaleza del ayuno y tiene su propósito. Pero hay que entender que los ataques de hambre son cíclicos.
Durante el día, el hambre va y viene. Es fácil resistirse a comer o beber cuando comprendes que el el hambre no solo crece y crece sin aliviarse y pasar. Si únicamente tienes paciencia, la facilidad llegará.
Y a medida que continúes con esta práctica día a día, el hambre será menos frecuentes, tu estómago eventualmente se ajustará y el ayuno se volverá más fácil.
3 Saber qué comer y beber
Si no puedes ayunar todo el día en tus ayunos previos al Ramadán, está bien. Esa es la raz´ón por la que has empezado antes a entrenar. Como quien se prepara para correr un maratón, primero debe entrenar y correr menos kilómetros hasta alcanzar la capacidad necesaria. Si este es el caso y rompes tu ayuno opcional antes de tiempo, reflexiona sobre lo que estás comiendo antes del amanecer y después del atardecer.
Si te estás llenando con demasiada comida acabarás ensanchando tu estómago. Estar demasiado lleno provoca más fatiga y lentitud a la hora de las comidas de la mañana y de la noche (y las oraciones que las coordinan). Un estómago acostumbrado a llenarse con grandes comidas también causará más hambre, lo que dificultará el ayuno.
Si estás comiendo dulces y alimentos con poco valor nutricional, será difícil mantener tu ayuno. Come alimentos con alto contenido de carbohidratos, proteínas y fibra. Estos alimentos te mantendrán lleno por más tiempo y te ayudarán a mantener la claridad mental y la concentración durante todo el día. La avena, las legumbres o la quinua son clave cuando se está en ayunas porque son nutricionalmente muy potentes.
Incluso si no tienes ganas de comer, lo que puede suceder a medida que tu estómago se encoge, debes intentar comer un poco para darte la fuerza que necesitas, incluso si es solo un dátil.
No olvides hidratarte. El cuerpo puede sobrevivir durante largos períodos sin alimentos, pero solo puede sobrevivir de 3 a 5 días sin agua. Trata de mantenerte alejado de los refrescos que contienen calorías, pero no son nutritivos. El agua o las bebidas deportivas son lo más efectivo.
4 Saber superar la pesadez mental
Los desafíos físicos del ayuno son una cosa, pero también puedes experimentar pesadez mental.
Lo que comes al Suhur (el desayuno antes del amanecer) y al atardecer puede ayudar con esto. Pero también, cuando sientes que tu agudeza mental se está debilitando, permítete unos momentos para relajarte. Luego respira profundamente y muévete, incluso si es solo ponerte de pie y sentarte. Esto permitirá que el oxígeno circule por tu cuerpo y lo vigorice.
5 Distráete
No dejes que esta vigorización de oxígeno se desperdicie. Busca una distracción seria y efectiva. La televisión o las películas no serán suficientes para distraerte del hambre o la sed, especialmente con la cantidad de anuncios de alimentos y bebidas que aparecen, y no son un uso beneficioso de tu tiempo de Ramadán. Si estás en el trabajo, obsesiónate con tu trabajo. Si estás en la escuela, sumérgete en tus estudios.
Cuando se hayan cumplido las obligaciones del día a día, obsesionate con aprender sobre el Islam. Aprende la historia del Ramadán. Aprenda lo que el Profeta Muhammad (la paz sea con él) y sus compañeros (que Allah esté complacido con ellos) hacían durante el ayuno. Aprende Corán. Haz algo y hazlo con toda tu mente. Esto te alejará de los pensamientos de inseguridad o inestabilidad mental y física.
6 No seas negativo
Mientras te obsesionas, no recurras al pensamiento negativo. Cuando los pensamientos se alejen de ti, toma el control y dirígelos hacia lo positivo. Recuerda que si fuera imposible ayunar, Allah no nos lo habría requerido.
Con demasiada frecuencia dejamos que nuestra propia falta de confianza en nosotros mismos afecte a nuestro resultado. Recuerda todos aquellos momentos en los que tu fuerza era mayor de lo que podías imaginar. Y, por eso, debes aprovechar esa fuerza para mantener el rumbo.
7 Échate una siesta
El Profeta y sus compañeros tenían la costumbre de dormir la siesta durante el mediodía. Si estás en la oficina o en la escuela, aprovecha la hora del almuerzo para cerrar los ojos y descansar. Solo se necesita una siesta de 15 a 30 minutos para sentirse renovado.
8 No te rindas
No dejes que los deslices en el ayuno te hagan retroceder. Debes seguir intentándolo. Todos fallamos, pero el fracaso no significa derrota cuando Allah es el más misericordioso.
Incluso si a veces sucumbes a tus debilidades durante tu día a día, no dejes que eso te impida ayunar o cualquier otro acto obligatorio. Los actos obligatorios son donde obtenemos la fuerza para dejar atrás nuestras debilidades. ¿Cómo dejaremos atrás las debilidades si dejamos lo obligatorio de lado?
9 Reflexionar sobre lo espiritual
Una vez hayas disciplinado tu cuerpo para ayunar, observa cómo te sientes espiritualmente cuando estás en medio de un ayuno en comparación con cómo te sientes cuando estás lleno después de una comida. Comenzarás a reconocer una marcada diferencia entre los dos estados. Cuando nuestros estómagos están llenos, a menudo nos sentimos espiritualmente dormidos. Y cuando nuestros espíritus están llenos, se vuelve más fácil ignorar los impulsos del cuerpo.
Pasamos la mayor parte de nuestras vidas alimentando nuestros cuerpos e ignorando nuestras almas, especialmente aquellos de nosotros que vivimos en Occidente. Tómate este tiempo para reflexionar sobre cómo te sientes espiritualmente.
Reflexiona sobre cómo te sientes al confiar en Allah y en la fuerza espiritual que Él te ha dado. Usa esta fuerza para aumentar tu fe poco a poco, como la persona de 50 kg que acaba desarrollando cada vez más músculo para levantar cada vez más peso.
No hay nada en este mundo que sea más dulce que el sabor de la creencia, una dulzura que tenemos la oportunidad de probar durante el Ramadán.
Traducido del inglés de los archivos de Discovering Islam: Ready For Your First Ramadhan? 9 things to focus on