La bondad y compasión del Profeta Muhammad empezaron una reacción en cadena que nos llega hasta hoy.
Había pasado mucho tiempo desde la última vez que un extraño me recibió con una sonrisa.
Sentí como si hubiera estado caminando constantemente entre ceños fruncidos y actitudes negativas.
Podía ver en los rostros agrios de los desconocidos que me rodeaban que la vida los estaba desgastando.
Parecía como si a todas las personas con las que me cruzaba no les quedara ninguna amabilidad que ofrecer.
Y esto empezó a cansarme.
Fue cuando una hermosa mujer mayor me sonrió cálidamente y casi lloré de gratitud por su pequeño acto de amabilidad. Fue el momento de luz que necesitaba para recordarme, durante un día, una semana y un mes difíciles, que la bondad todavía existe.
A veces parece que al mundo no le queda bondad y compasión.
He visto con mis propios ojos a personas hacer todo lo posible para ponérselo más difíciles a los demás, aunque ser amable y generoso hubiera sido más fácil. Es una realidad fea y también contagiosa.
Que te hagan daño o te hablen con dureza cambia tu estado de ánimo y te hace más propenso a actuar de la misma manera con otra persona. A todos nos ha pasado.
Se necesita mucha fuerza para dejarlo pasar y responder al mal con el bien. Pero la realidad es que no hay mejor antídoto para la maldad como una palabra amable o incluso una sonrisa de un extraño cariñoso.
Todavía pienso en esa amable señora y su sonrisa a pesar de que ha pasado más de un año desde que ocurrió.
Todos anhelamos ser tratados con amabilidad. A veces lo necesitamos tan desesperadamente que ni siquiera lo podemos expresar con palabras.
Cuando no podemos encontrar bondad podemos fijarnos en la compasión del Profeta Muhammad (la paz sea con él), quien mostraba bondad y compasión incluso en sus días más difíciles.
Cuando encontramos una persona buena y amable que nos muestre compasión, podemos seguir el ejemplo del Profeta Muhammad y ser esa persona.
Compasión del Profeta Muhammad con los niños
El Profeta Muhammad (la paz sea con él) besó a su nieto Al-Hasan ibn Ali. Aqr’a ibn Habis, quien estaba con él en ese momento, dijo:
“Tengo diez hijos y nunca he besado a ninguno de ellos”.
El Profeta lo miró y dijo:
El que no muestra compasión, no recibirá ninguna.
Bujari y Muslim
Se puede percibir que Aqr’a ibn Habis estaba tratando de felicitarse por lo que percibía como fuerza y dureza. Pero el Profeta (la paz sea con él) rechazó esa idea de la manera más sucinta y perfecta.
“El que no muetra compasión, no recibirá ninguna”. Nos hizo saber que no tener compasión no es una fortaleza, y tampoco se les mostrará a los que no dan muestras de ella.
Si realmente pensamos en esto, es una premisa aterradora porque llegará un momento en el que necesitaremos desesperadamente la compasión y la bondad de los demás, incluidos nuestros hijos, y la más importante de nuestro Señor.
Bondad al hablar
En una época en la que es tan fácil decir cualquier cosa que se nos ocurra a millones de personas a través de las redes sociales, es más importante que nunca considerar si nuestras palabras son amables o necesarias. El Profeta dijo:
El que cree en Allah y en el Último Día debe hablar con benevolencia o callar.
Bujari y Muslim
Nuestras palabras tienen el poder de herir a la gente, en todas los contextos. Es muy importante que sigamos este consejo del Profeta Muhammad en nuestras palabras escritas y habladas.
La bondad en internet es tan contagiosa como fuera de él. Y los sentimientos heridos ocurren en el ciberespacio tanto como en presencia física.
Amabilidad con nuestros vecinos
El Profeta Muhammad (la paz sea con él) nos enseñó de muchas maneras cómo pensar globalmente y actuar localmente. Cuando pensamos en cuánta maldad ocurre en el mundo exterior o nuestro entorno cercano, puede parecer imposible ayudar a que haya un cambio.
Pero el profeta Mahoma tenía una solución. Empieza por ser amable y a cuidar a los que están más cerca de ti. Y esa compasión se extenderá y tendrá un impacto en la comunidad en general y más allá.
El Profeta Muhammad (la paz sea con él) dijo:
[…] Y quien crea en Allah y en el Último Día, debe ser bueno con sus vecinos.
Muslim
Si cada uno se asegura de que su vecino tiene lo que necesita, le sonríe, le trata con respeto y le pregunta cómo está, pensemos en el impacto que podría tener este buen trato. Simplemente tenemos que, literalmente, acercarnos a los más cercanos a nosotros, luego esas personas se acercarán a los más cercanos a ellos, y así sucesivamente.
Mostrar compasión por los débiles de la sociedad
Ser amable con nuestros vecinos puede parecer obvio, porque pueden devolvernos el favor. Pero cuando seamos amables con aquellos que creemos que nunca podrán devolvernos el favor, comenzaremos a ver un cambio real en la sociedad.
Aprendemos de las enseñanzas del Profeta Muhammad que a veces solo recibimos riquezas de Allah debido a que quienes nos rodean necesitan nuestra generosidad. Un compañero del Profeta, que la paz sea con él, llamado Sa’ad, por un momento pensó que era superior a quienes no les iba tan bien como a él. El Profeta, al ver esto en Sa’ad, le dijo:
Sois ayudados y se os da por los pobres y los débiles entre vosotros.
Bujari
Cuando mostramos compasión por aquellos que no tienen nada, nadie y nada que ofrecer a cambio, encontraremos lo mejor de esta vida y la próxima. El Profeta dijo:
El que cuida de un huérfano y de mí estará así en el paraíso, y alzó el índice y el dedo medio juntos a modo de ilustración.
Bujari
Compasión por todos los seres vivos
La bondad y la compasión no es solo algo que reservamos para nuestros semejantes.
El Profeta Muhammad (la paz sea con él) nos enseñó que incluso los animales y las plantas merecen nuestro buen trato.
Una vez, el Profeta de la Misericordia habló del perdón de Dios debido al trato humano hacia los animales. Él dijo:
“Un hombre sintió mucha sed mientras estaba en camino, entonces se encontró con un pozo. Bajó al pozo, apagó su sed y salió.
Luego, vio a un perro jadeando y lamiendo barro a causa de tanta sed. Se dijo a sí mismo:
“Este perro está sufriendo de sed como yo”.
Entonces, volvió a bajar al pozo, llenó su zapato con agua y le dio de beber.
Allah le recompensó esa acción y lo perdonó. La gente pregunto:
“¡Oh Mensajero de Allah! ¿Hay alguna recompensa para nosotros por ayudar a los animales?”.
Respondió:
Sí, hay una recompensa por ayudar a cualquier ser vivo.
Un mundo con bondad comienza con cada uno de nosotros. La compasión del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) inició una reacción en cadena de la que todavía sentimos los efectos hoy. Ahora depende de nosotros mantenerla en marcha, seguir mostrando compasión por toda la creación de Allah.
Tenemos el ejemplo. Solo tenemos que pedirle fuerza a Allah.
Este es un artículo del archivo de aboutislam.net, puedes leer la versión original en inglés aquí.