El hermano Abdelaziz Hammaoui comparte con nosotros una mirada única al Ramadán y su valor en nuestras vidas.
Durante el mes de Ramadán, la gente cree que solo nos esforzamos por pasar hambre y sed, pero el Ramadán que viven los musulmanes es algo que tiene mucho más significado.
Hay algunas acciones que tienen que ver con los sacrificios físicos y materiales que hacemos y para comprenderlo mejor lo traduciremos a una forma en que podamos entenderlo en los tiempos modernos.
Entrar en el modo Ramadán:
Durante este mes, es una vida diferente a la que los musulmanes vivían el resto del año. Este es un mes en el que activamos ciertas funciones y destacamos nuestra espiritualidad. Es un tiempo para trabajar en meditación, oración y reflexión.
Cuando nos subimos a un avión, ponemos nuestros teléfonos móviles en modo avión. Cuando hacemos esto solo se nos permite usar nuestros teléfonos de manera limitada.
También podemos cambiar el modo del teléfono durante la jornada laboral, donde ponemos nuestros teléfonos en silencio para podernos concentrar en las tareas que tenemos por delante.
Entonces, cuando activamos estos modos en nuestros teléfonos, estamos cambiando la funcionalidad del dispositivo y lo que es capaz de hacer, ¿cómo cambian nuestros propias vidas cuando estamos en modo Ramadán?
Características del Ramadán.
Sincroniza nuestro cuerpo con nuestra alma y con nuestra mente. Durante el año siempre nos enfocamos más en cuidar lo que nuestro cuerpo necesita. Durante el modo de Ramadán, podemos dedicar un tiempo a cuidar lo que nuestro espíritu y mente necesitan. Estamos ocupados enfocando nuestra energía en la oración y las súplicas. Se convierte en un ritual espiritual para intensificar nuestros ejercicios espirituales.
Otra característica es la actualización de nuestra espiritualidad y fe. Si tiene un móvil y pasa mucho tiempo sin actualizar el software, comienza a funcionar más lentamente y desarrolla problemas. Lo mismo nos sucede a nosotros, cuando no actualizamos nuestro propio “software”, comenzamos a sentir una mayor cantidad de estrés y debilidad. Esto se puede regular durante el Ramadán con una interacción constante con Dios y meditando.
La tercera característica del Ramadán es nuestra depuración de nuestros fracasos y nuestros pecados. Purificamos nuestro cuerpo con el ayuno, purificamos nuestras mentes con la meditación y purificamos nuestro espíritu con oración. Esta es la función fundamental del modo Ramadán.
La última característica de Ramadán es poder recuperar nuestra esencia inicial. Todos los días nos acerca a la liberación. Libertad del apego a las cosas materiales y al consumo excesivo.
Cuando nos vayamos del mes de Ramadán, nos sentiremos más libres y fuertes a medida que seamos más capaces de decidir sin influencias externas. El objetivo del Ramadán es ser más educado, hacer cambios y ser mejores personas.