Como nueva musulmana, entiendo que la experiencia y la historia de cada persona detrás de su Shahadah es increíblemente personal, profunda y, a menudo, privada.
Para otros la decisión de hacerse musulmanes puede parecer un capricho; pero a menudo, cuando profundizamos en las historias detrás de los musulmanes conversos, podemos ver que realmente su llegada al Islam ha sido un proceso de años, planificado y perfeccionado por nuestro Creador, Allah.
Puede que alguien me conozca personalmente, y, por lo tanto, ya conocen cómo descubrí el Islam. Otros pueden haber leído mi historia personal, que escribí hace tiempo.
Sin embargo, he tenido el honor de escribir la historia de una querida amiga mía, quien ha abierto su corazón y se ha ofrecido a compartir su experiencia con nosotros. Para proteger su privacidad, me referiré a ella como Arya.
Un viaje al Islam
Para determinar dónde comenzó su viaje al Islam Arya reflexiona sobre su infancia. No hay una sola causa o desencadenante que la llevó a convertirse en quien es hoy. Seguramente acepte que a pesar de sentirse sola nunca estuvo perdida y que durante toda la vida Dios la mantuvo cerca.
Arya se crió en un hogar sin fe, pero, irónicamente, a menudo la enviaban a escuelas religiosas o escuelas que tenían una gran mayoría de alumnos musulmanes.
Al igual que yo, Arya siempre creyó en un “poder superior”. Tenía curiosidad en lo que respecta a la religión, a menudo asociando la religión con un sentido de pertenencia y un sentimiento de comunidad, ya que su niñera solía llevarla a estudios bíblicos en la iglesia local.
Arya guarda buenos recuerdos de un viaje escolar a una mezquita. Quedó impresionada e intrigada por la cantidad de reglas dentro del Islam que ayudan a mantener a las personas organizadas y centradas. Incluso tuvo conversaciones profundas que estaban más allá de su edad acerca de Jesús con otros niños musulmanes.
Parecería que una de las muchas chispas que encendieron la búsqueda del Islam de Arya ocurrió en su infancia; y, fue una brasa que se mantuvo encendida en su búsqueda de la verdad.
Matrimonio y Shahadah
Cuando Arya era adolescente, su madre se casó con un hombre de Yemen. A pesar del matrimonio, su madre no aceptó el Islam y su esposo en ese momento no era particularmente practicante.
Sin embargo, a través de esta nueva relación y matrimonio en el que se embarcó su madre, Arya se convirtió en familia de la comunidad yemení; y se casó con un hermano yemení cuando tenía 16 años.
Arya admite que en el momento del matrimonio su esposo no practicaba el Din. El imán que los casó le dijo que ella tenía que decir la Shahadah y usar el hiyab para llevar a cabo el matrimonio.
Más tarde Arya se sintió decepcionada porque no le explicaron el compromiso que acababa de tomar; su comprensión no estaba allí. Después de la boda y su conversión al Islam, Arya siguió con su vida normal; no pensó dos veces en el Islam y lo que acababa de suceder.
El primer año de matrimonio
Finalmente, alrededor de su primer aniversario, el esposo de Arya comenzó a practicar el Islam y a volverse a Allah. Comenzó hacer la oración y trató de explicarle más sobre el Islam.
Arya escuchó y respetó su elección; pero expresó firmemente que, aunque el Islam le parecía interesante, no tenía intención de ser musulmana, a pesar de creer en Dios.
Aunque, Allah nunca la olvidó y siempre permaneció a su lado; ella nunca estuvo realmente perdida.
Pintura, Decoración y Jesús
Durante los primeros años de su matrimonio, Arya trabajó como pintora decoradora con un jefe que era abiertamente cristiano. Tratando de encontrar su lugar y sentido de pertenencia, Arya asoció el cristianismo con la norma social. Lo que se esperaba de las niñas inglesas blancas era que fuesen buenas cristianas.
Anhelando el conocimiento y buscando la verdad, Arya pasó días haciéndole muchas preguntas a su jefe sobre el cristianismo; casi esperando que se abrieran los cielos y que la verdad le diera en la cabeza, pero la realidad es que eso nunca sucedió.
Mirando hacia atrás en este momento de su vida, el Corán era la respuesta que necesitaba todo el tiempo:
Les haremos ver Nuestros signos en el horizonte y en ellos mismos hasta que se les haga evidente que es la verdad.
Corán, 41:53
A pesar de sus muchas preguntas el jefe nunca tuvo una respuesta para Arya; por lo que empezó a reflexionar sobre lo que significa ser cristiano. Fue entonces cuando se dio cuenta de que no creía que Jesús, un hombre, pudiera ser Dios. Al final, se dio cuenta de que no era ni podía ser cristiana.
Así que su búsqueda de la verdad continuó.
Conflicto familiar
Arya todavía estaba en contra de la idea de hacerse musulmana, principalmente porque no quería usar un hiyab. De vez en cuando, el pensamiento del Islam se colaba en su mente. Decidió hablar el tema de la religión con su hermana, quien se enojó y se puso muy a la defensiva, advirtiéndole que no aceptara el Islam o la perdería como hermana.
Tras la reacción que recibió de su hermana, Arya abordó el tema de la religión con su abuela; esta afirmó que la religión no tenía lugar en su vida, y que Arya no tenía por qué ser estúpida y preocuparse por cosas como la religión.
Ese momento en la vida de Arya fue una gran prueba para ella, se sentía más sola y perdida que nunca. Sin ningún lugar ni nadie a quien acudir, Arya miró hacia el cielo e hizo una oración en silencio: le pidió a Dios que le mostrara que Él existe, que Él podía ver su lucha y que la guiara.
En ese momento renunció a toda su ansiedad y se confió en manos de Dios; y tenía fe en que si Dios era real entonces le enviaría una señal.
La realización
Habían pasado varios días desde que Arya hizo la oración silenciosa cuando se despertó temprano en la mañana y encontró a su esposo rezando el Fajr. Le dijo que no entendía cómo podía despertarse tan temprano, que ella era demasiado perezosa, parte de la razón por la que nunca aceptaría el Islam.
Fue la respuesta de su esposo lo que verdaderamente cambió el curso de su vida. Simplemente dijo que hacer la oración le hacía sentir bien y que deseaba mucho que ella pudiera entender cómo se sentía.
A esto Arya dijo que le gustaría aprender sobre el Islam para comprender y respetar la creencia de su esposo. Aunque en el fondo de su alma sabía que esto era algo que había anhelado y necesitado toda su vida.
Poco después, su esposo le presentó a Arya una hermana conversa que quería enseñarle. A pesar de que inicialmente se mostró reacia a cumplir su promesa de aprender sobre el Islam, Arya finalmente sintió que había encontrado su lugar.
Todo comenzó a encajar como un rompecabezas; y en su primer Salah Arya sintió una sensación de paz y pertenencia, y a partir de ahí solo quiso más. Solo una semana más tarde estaba rezando las cinco oraciones, esperando ansiosamente la siguiente.
Las semanas posteriores fueron luminosas mientras Arya se sumergía en el Islam, adoptando el hiyab y luego diciendo nuevamente su Shahadah con total comprensión y compromiso con la declaración que estaba proclamando.
Traducido del inglés del archivo de About Islam: Converting to Islam Was the Best Decision I Ever Made