Qué se le debe decir a un joven aspirante a novio o novia cuando pregunta justificadamente: “¿Por qué sigo sin casarme?”
En primer lugar: ¡No hay nada malo en ti!
Aunque la confianza en uno mismo es, sin duda, un catalizador eficaz para encontrar cónyuge, ¡creerme cuando digo que no ere feo, raro, poco atractivo o indigno del matrimonio! Allah te creó hermoso y único, y si Él lo decreta, alguien estará de acuerdo en casarse contigo tal como eres.
Así que no desesperes de la misericordia de Allah ten confianza de que le gustarás a alguien y aceptará casarse contigo, insha’Allah. Incluso si comienzas a creer que ser bajo, con sobrepeso, tímido o con piel de acné es algo negativo que va en contra tuyo en el mercado matrimonial, no lo es, porque cierto criterio de apariencia o educación no es un requisito previo para el matrimonio, al contrario a lo que la gente mayor podría decir.
Mire a tu alrededor a parejas recién casadas o incluso mayores. ¿Son todos muy guapos? ¿Acaso ambos no parecen tener al menos un defecto físico? ¿Todos los que conoces en tu círculo social, que se han casado recientemente, parecen recién salidos de una pasarela de moda?
Encontrarás una amplia variedad de “parejas reales” que rompen todos los estereotipos (¡y por favor, absténgase de mirar parejas de celebridades y personas famosas!): maridos que son más bajos que sus esposas; esposas mayores que sus maridos; matrimonios interculturales que son refrescantemente funcionales; parejas infértiles que están muy felizmente casadas; hombres que están enamorados de sus esposas de piel oscura o de talla grande; esposas que tienen mas educaci´pn que sus maridos; la lista es interminable.
Nunca dejes que los demás te hagan sentir que si tienes treinta y tantos años y todavía no estás casado, es porque hay algo mal contigo o porque Allah ha decretado que permanezcas soltero para siempre.
Sabiduría divina detrás de los “retrasos” percibidos en el matrimonio
En un mundo que presiona cada vez más a todo el mundo, desde bebés y niños hasta adultos, para que logren sus hitos personales en la vida lo antes posible, un musulmán honrado y soltero que tenga veintitantos, treinta o cuarenta años podría convertirse en el objetivo de injustificada estigmatización social y cruel especulación.
“¿Por qué a nadie le gusta? ¿Crees que intimida a los pretendientes porque tiene un exceso de educación?”.
“¿Crees que hay magia involucrada? ¿Deberíamos visitar a un especialista espiritual para averiguarlo?”.
“¿Tal vez es socialmente incómodo? ¿O podría ser esa gran calva en su cabeza lo que ahuyenta las propuestas?”.
A menos que una persona soltera se oponga rotundamente a la idea del matrimonio por razones personales, la mayoría de nosotros tendemos a olvidar la ley/principio natural que se aplica universalmente: todos son diferentes y vienen a este mundo con un decreto diferente, único y predeterminado.
Entonces, mientras que la mayoría de los jóvenes, musulmanes o no, pueden encontrar un cónyuge y casarse en la adolescencia o en la veintena, no existe una regla tácita o escrita que establezca un cierto rango de edad para la unión, más allá del cual supuestamente se vuelve imposible para una persona casarse y ser considerado como “fuera del mercado”.
El matrimonio puede tener lugar a cualquier edad de la vida, incluso a los 50 o 60 años, como lo demostraron prácticamente el Profeta Muhammad (la paz sea con él) y muchos de sus compañeros.
También es un hecho que el matrimonio no ocurrirá dentro de las primeras segunda o tercera década de vida para todos nosotros. Por lo tanto, debemos dar más libertad de acción y abstenernos de hacer declaraciones generalizadas sobre nuestros hermanos y hermanas solteros mayores.
Ser lo suficientemente maduro y responsable primero
No es que Dios no esté respondiendo a tus súplicas. Tal vez Él ya haya aceptado tus du’as para el matrimonio con una persona justa, pero en realidad sucederá después de unos años más, cuando sea mejor y más fácil para ti entrar en esta unión sagrada con esa persona.
Una de las principales razones por las que Dios podría estar retrasando tu matrimonio es para alcanzar cierto nivel de madurez física, intelectual, financiera y emocional. Él sabe sobre ti lo que ni siquiera tú sabes.
Tal vez Él sabe que si te casas ahora mismo, dentro de los tres meses que deseas, no tendrás éxito en la vida matrimonial porque todavía eres demasiado inmaduro mentalmente, emocionalmente inseguro o financieramente inestable.
Tal vez Dios en realidad está siendo amable contigo al retrasar tu matrimonio hasta que sea el mejor momento, y nadie puede saber lo que Él sabe, porque Él ve nuestro futuro oculto, así que ten la seguridad de que a la larga no importa si te casas a los 25 o 35, siempre que sea un matrimonio feliz, productivo y amoroso, con la persona adecuada, que se convierta en tu pilar de apoyo en el Din y acelera tu búsqueda del éxito en el Más Allá.
Experiencia Da’wah y Adquisición de Conocimiento
Hay algunas bendiciones y experiencias en la vida que dependen más del tiempo que otras para ser aprovechadas de manera óptima. Por ejemplo buscar el conocimiento islámico, que se realiza mejor en los primeros años de la vida, cuando el cerebro y la memoria funcionan mejor y la persona está mentalmente más alerta y activa.
Buscar el conocimiento islámico puede volverse más difícil después de que uno asume las responsabilidades del matrimonio sobre sus hombros. Esto se debe a que su cónyuge e hijos tienen derechos de la Sharia sobre ti, por lo que no puedes separarte de ellos por mucho tiempo para dedicarte a buscar e impartir conocimiento a tiempo completo.
Tal vez Dios quiera que busques más conocimiento y participes en un trabajo da’wah más activo antes de establecerte en la vida matrimonial. Estos preciosos años de tu juventud nunca volverán, e insha’Allah, décadas más adelante, apreciarás de forma más madura y sabia, como una gema invaluable, cada año de experiencia que adquiriste en los campos del conocimiento islámico y da’wah antes de casarte.
Tal vez, más adelante, incluso podrías agradecer a Dios por darte el tiempo libre y la oportunidad de adquirir conocimiento del Islam antes de casarte, después de haber presenciado los numerosos beneficios de aplicar este fructífero conocimiento a tu vida matrimonial más adelante.
Mejor que el divorcio temprano
Muchos jóvenes se casan muy temprano, solo para divorciarse rápidamente por una variedad de razones, saliendo de la experiencia amargados y emocionalmente heridos, con marcas dolorosas en su psique que tardan mucho en sanar.
Muchos de los que tienen un hijo de un matrimonio así tienen que soportar enconadas disputas con sus ex por la custodia de los hijos y la pensión alimenticia, y de ahí en adelante enfrentan los desafíos de ser padres solteros. Se quedan con muchos arrepentimientos, muchos recuerdos dolorosos y mucho desdén, si no odio absoluto, hacia la institución del matrimonio en general.
A menudo, los jóvenes divorciados tardan varios años en recuperarse de su primera mala experiencia y estar mentalmente preparados para volver a casarse.
Puede ser que tu soltería, que es una dolorosa prueba de paciencia a tus ojos, sea una bendición disfrazada que esté actuando como una barrera entre ti y peores calamidades y adversidades.
Tal vez todas tus sinceras súplicas para casarte, acerca de las cuales podrías preguntarte por qué Dios no las responde, en realidad te están evitando problemas y trampas más graves de las que ni siquiera eres consciente.
Tal vez tu condición de soltero sea una gran bendición, pero de una manera que solo Dios sabe y tú no.
Así que regocíjate de que todavía estás soltero y deseoso de casarte; ¡que no eres un divorciado amargado que está sexualmente frustrado pero que no quiere volver a casarse nunca más!
Aumento de la humildad
¿Recuerdas a un niño o niña “alfa” en tu escuela o universidad, que era innegablemente guapo, inexplicablemente popular y siempre solicitado por el sexo opuesto? Todos en tu clase probablemente estaban convencidos de que él o ella sería el primero en casarse, según la cantidad de propuestas que recibieron durante la escuela secundaria y la universidad.
Puedo pensar en al menos dos de esas chicas a las que conocí en mis días de estudiante, que fueron consideradas unánimemente como las más deseables para el matrimonio entre nuestro grupo, y el resto de nosotras presumíamos, suspirando con una convicción ilusionada y autodespreciadora, que serían los primeros en casarse.
Sin embargo, eso no sucedió. A medida que pasaban los años, la amarga decepción que estas jóvenes ‘alfa’ sentían por su continua condición de solteras se exacerbó por el hecho de que muchas de sus compañeras, que aparentemente eran consideradas menos atractivas y “dignas” que ellas, se casaron primero, y con hombres decentes y agradables que las hacían felices.
¿La sabiduría detrás de este decreto? Cuando estas guapas realmente se casaron, eran mucho más humildes y menos engreídas. ¡Un bienvenido aterrizaje de regreso a la tierra! La lección que todos podemos aprender de esta aparente disparidad de causa y efecto.
Un retraso en el matrimonio aumenta la humildad de uno y lo hace más realista y accesible para los demás. También asegura que uno se vuelva constantemente hacia Allah en súplicas sinceras, ¡lo cual es algo que Allah ama de Sus siervos!
Conclusión: Las bendiciones recibidas después de las dificultades se valoran más
Cuanto más esperamos, trabajamos duro y permanecemos pacientes para que no llegue una bendición, más se aprecia después de recibirla.
La persona fatalmente enferma que se cura milagrosamente vivirá con cautela una vez que esté sana. El pobre gastará sabiamente su dinero una vez que se vuelva rico. El niño privado de educación valorará más el conocimiento cuando crezca. Así también, la persona mayor soltera apreciará más su matrimonio, cónyuge e hijos, una vez que se casen.
¡Y para entonces estas preciosas bendiciones valdrán mucho más la espera!
Traducido del ingle´s del archivo de About Islam: Why Am I Still Not Married? Is God Angry with Me?