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Enseñanzas de la Hégira para las minorías musulmanas

La emigración a Medina (Hégira) fue un punto de inflexión en la historia musulmana que tiene muchas lecciones inspiradoras, especialmente para las minorías musulmanas.

El Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) y sus Compañeros son ejemplos maravillosos de los que los musulmanes deben aprender y poner en práctica en todos los aspectos de la vida.

Después de que el Profeta y sus Compañeros emigraran a Medina, la cual anteriormente era conocida como Yazrib, esta se convirtió en la segunda ciudad más importante del Islam, después de La Meca.

Aunque el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) nunca olvidó su amor por La Meca, permaneció en Medina hasta que exhaló su último suspiro y la protegió y desarrolló.

El Profeta Muhammad y sus Compañeros no escatimaron esfuerzos para desarrollar Medina y convertirla en una ciudad desarrollada y civilizada.

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Las minorías musulmanas que viven en países de mayoría no musulmana, ya sean emigrantes o nativos, pueden aprender importantes enseñanzas sobre la Hégira.

Un espíritu de ciudadanía verdadero

Una vez que se establecieron en Medina, el Profeta Muhammad y sus Compañeros que emigraron de La Meca, la amaron y se preocuparon por ella de la misma manera que estaban preocupados por La Meca, su hogar original.

Debido a su gran amor y cuidado por Medina, el Profeta Muhammad la declaró como una ciudad sagrada e inviolable, de la misma manera que La Meca había sido una ciudad sagrada. El Profeta Muhammad (la paz sea con él) dijo:

En verdad [el Profeta] Ibrahim declaró que La Meca era sagrada y suplicó (que se derramaran bendiciones) sobre sus habitantes, y yo declaro que Medina es sagrada como Ibrahim había declarado que La Meca era sagrada.

He suplicado (a Allah que se derrame Sus bendiciones) en su sa’ y en su mud (dos estándares de peso y medida) dos veces, como lo hizo Ibrahim por los habitantes de La Meca.

Muslim

El Profeta Muhammad y sus Compañeros llevaron a cabo los mayores esfuerzos para defender su país, Medina, contra la agresión y los ataques extranjeros. Lucharon contra todas las fuerzas invasoras que atacaron su ciudad. En el quinto año de la Hégira, por ejemplo, el Profeta y sus Compañeros defendieron valientemente Medina contra las tribus aliadas lideradas por los Quraish, que se habían reunido en gran número para invadir la ciudad.

Después de la conquista de La Meca, en el octavo año después de la Hégira, el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) y sus Compañeros destacados regresaron a Medina para permanecer allí hasta el final de sus vidas. Algunas personas pensaron que el Profeta regresaría a La Meca después de la victoria de los musulmanes. Sin embargo, él (la paz y las bendiciones sean con él), junto con Compañeros, regresó a Medina y continuó sirviéndola y trabajando para mejorarla.

Las minorías musulmanas, en Europa, América y otras partes del mundo, deben ser ciudadanos fieles y leales a los países donde viven. No hay conflicto entre la ciudadanía fiel y la preservación de la fe. Los musulmanes deben preceder a otros en el servicio a sus comunidades y trabajar por su interés y bienestar.

Una coexistencia pacífica

El Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) y sus Compañeros establecieron buenas relaciones con otras comunidades que vivían en Medina. En ella vivía una gran comunidad judía así como algunas otras tribus árabes que no habían aceptado el Islam.

El Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) preparó un mizaq (un pacto o una constitución) para organizar las relaciones entre estas comunidades.

El pacto de Medina estableció principios generales sobre los cuales se establecerían relaciones cordiales entre musulmanes y no musulmanes. Se garantizaba la protección de la vida y la propiedad y la libertad de pensamiento y de culto. Entre los principios del pacto están:

Los judíos y los musulmanes… cada grupo debe apoyar al otro contra cualquiera que luche contra la gente de este documento (pacto de Medina). Su relación será de consejo y consulta mutuos, asistencia y caridad mutuas en lugar de daño y agresión… La caridad y la bondad se distinguen claramente del crimen y el daño, y no hay responsabilidad excepto por los propios hechos. Dios es el garante de la verdad y la buena voluntad de este pacto. Este pacto no constituirá protección para los injustos o criminales.

Sirat Ibn Hisham

Las minorías musulmanas, por lo tanto, no solo deben coexistir pacíficamente con otras comunidades de su país, sino que también deben apoyarlas y ayudarse mutuamente con bondad tanto como puedan. Al hacerlo, los musulmanes están siguiendo el camino del Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) y sus Compañeros (que Allah esté complacido con ellos) que trabajaron por el interés y el bienestar de todas las comunidades que vivían con ellos en Medina.

Desarrollar la comunidad

Al llegar a Medina, el Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) construyó su mezquita para brindar servicios sociales y educativos a la comunidad. La gente solía reunirse para celebrar sesiones educativas y espirituales en la mezquita del Profeta. Las celebraciones y reuniones sociales, como las bodas, también se llevaban a cabo en la mezquita. La gente se reunía a discutir preocupaciones varias sobre la ciudad en la mezquita del Profeta, que no se limitaba solo a la realización de oraciones.

Antes de Hégira, Yazrib era una ciudad contaminada. Cuando los Compañeros del Profeta llegaron de La Meca a Medina, muchos de ellos enfermaron. El Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) les pidió que limpiaran la ciudad y eliminaran la suciedad. Él (la paz y las bendiciones sean con él) suplicó a Allah que bendijera a Medina y la protegiera de las plagas y las enfermedades.

Aishah, que Allah esté complacido con ella, dijo: 

Fuimos a Medina y era la tierra más contaminada de Allah. El agua allí apestaba mucho.

Al-Bujari

Además, el Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) pidió a sus Compañeros que cavaran pozos en diferentes partes de la ciudad. Se menciona que se cavaron más de 50 pozos en Medina y después de esto había suficiente agua limpia para todos.

El Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) también animó a sus Compañeros a cultivar la tierra y cultivar jardines. Les dijo que cualquiera que cultivara una tierra muerta, la poseería. Mucha gente empezó a trabajar y cultivar y pronto hubo suficiente comida para todos. (Véase Ar-Rubai, Fath Al-Ghaffar, 3:1294)

Las minorías musulmanas deben participar activamente en el desarrollo de sus comunidades. Los centros islámicos, particularmente en Occidente, deberían proporcionar servicios educativos y sociales para todas las comunidades. Las mezquitas deben jugar un papel vital a la hora cultivar relaciones buenas y justas con otras comunidades. Los musulmanes, siguiendo el ejemplo del Profeta y sus Compañeros, deben realizar sus mayores esfuerzos para promover y desarrollar sus países.

El esfuerzo por trabajar y ser de beneficio de las minorías musulmanas

El Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) y sus Compañeros fueron las personas más honestas, fieles, confiables, leales y veraces que el mundo haya conocido. En Medina, trataron de forma fiel y honesta a todas las personas, independientemente de su fe, raza o trasfondo cultural. Amaban la bondad y el bienestar para todos.

Los Compañeros se negaron a permanecer inactivos o depender de otros; sino que se dedicaron al trabajo y al comercio para ganarse la vida legítimamente y beneficiar a su comunidad.

Ibrahim ibn Sad narró de su padre, de su abuelo que Abdur-Rahman ibn Awf dijo,

“Cuando llegamos a Medina como emigrantes, el Mensajero de Allah estableció un vínculo de hermandad entre Sad ibn Ar-Rabi y yo.

Sad ibn Ar-Rabi me dijo: ‘Soy el más rico de los Ansar (los habitantes de Medina que acogieron y ayudaron al Profeta y a sus Compañeros), así que te daré la mitad de mi riqueza y puedes mirar a mis dos esposas y cualquiera de las dos que elijas, me divorciaré de ella, y cuando haya completado el período de espera prescrito (antes del matrimonio), podrás casarte con ella’.

Abdur-Rahman respondió: ‘No necesito todo eso. [Otra narración del hadiz dice: Que Allah te bendiga en tu familia y en tu propiedad.] ¿Hay algún mercado donde se practique el comercio?’.

Él respondió: ‘El mercado de Qainuqa’.

Abdur-Rahman fue a ese mercado al día siguiente y trajo un poco de suero de leche seco (yogur) y mantequilla, y luego siguió yendo allí con regularidad.

Pocos días después, Abdur-Rahman llegó con rastros de (olor) amarillo en su cuerpo. El Mensajero de Allah le preguntó si se había casado. Él respondió afirmativamente.

El Profeta dijo: ‘¿Con quién te has casado?’ Él respondió: ‘Con una mujer de los Ansar’. Entonces el Profeta preguntó: ‘¿Cuál fue su dote?’. Él respondió: ‘(Le di) una pieza de oro igual en su peso a un hueso de dátil (o un trozo de oro del tamaño de un hueso de dátil). El Profeta dijo: ‘Da un walimah (banquete de bodas) aunque sea con una sola oveja’”. (Al-Bukhari, Al-Yami As-Sahih, hadiz n.° 2048).

Un carácter y comportamiento noble

El Corán elogia y alaba la moral y el carácter de la primera comunidad musulmana en Medina, diciendo:

Y los que antes que ellos se habían asentado en la casa [Es decir, Medina] y en la creencia, aman a quienes emigraron a ellos y los prefieren a sí mismos, aún estando en extrema necesidad. El que está libre de su propia avaricia…Esos son los que tendrán éxito.

Corán, 59:9

Los musulmanes que viven en países de mayoría no musulmana, no deberían dudar en dar prioridad al interés público y al bienestar social de sus comunidades sobre sus propios beneficios personales. Deben ser buenos ejemplos para otros en fidelidad, confiabilidad, cooperación en bondad, honestidad, etc., que son los rasgos de los verdaderos musulmanes.

En resumen, la ocasión de la Hégira nos recuerda y ayuda a revivir, especialmente a las minorías musulmanes que viven en países de mayoría no musulmana, la noble moral y el carácter de los musulmanes. Podría ser una vez más un punto de inflexión en la vida de los musulmanes si aprendemos y ponemos en práctica sus enseñanzas: los mensajes universales de paz, amor, hermandad humana, desarrollo, moral noble y bienestar.

Este es un artículo del archivo de aboutislam.net, puedes leer la versión original en inglés aquí.