La Biblia es la escritura sagrada del judaísmo y el cristianismo.
La Biblia cristiana consta del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Las versiones católica romana y ortodoxa oriental del Antiguo Testamento son un poco más extensas debido a que aceptan ciertos libros que los protestantes no aceptan como escritura.
La Biblia judía incluye solo los libros conocidos por los cristianos como el Antiguo Testamento. Además, los arreglos de los cánones judíos y cristianos difieren considerablemente. El Profeta Muhammad ha sido profetizado tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.
Se cree que Jesús y los apóstoles hablaban arameo. El arameo continuó en uso generalizado hasta aproximadamente el año 650 dC, cuando fue sustituido por el árabe. Sin embargo, la Biblia actual no se basa en los manuscritos arameos, sino en las versiones griega y latina.
Profetas de Dios
Citar las profecías bíblicas no implica que los musulmanes acepten la Biblia actual en su totalidad como la revelación de Dios.
No es una condición previa para la aceptación de un profeta que sea anunciado por un profeta anterior.
Moisés fue un profeta para Faraón aunque nadie antes de él lo anunció.
Abraham fue el profeta de Dios para Nimrod, pero nadie anunció su llegada.
Noé, Lot y otros fueron profetas de Dios, pero no fueron anunciados. La evidencia de la verdad de un profeta no se limita a las antiguas profecías, sino que incluye el mensaje que trae, los milagros y otras pruebas.
Profecías bíblicas
Hablar de profecías es un asunto delicado. Requiere escudriñar versiones y traducciones de la Biblia, manuscritos descubiertos recientemente y buscar palabras en hebreo, griego y arameo e investigarlas.
La tarea se vuelve especialmente difícil cuando: “antes de la imprenta (siglo XV), todas las copias de Biblias muestran variaciones textuales”. No es un tema fácil para los neófitos. Por esta razón, el mejor testimonio proviene de expertos, antiguos y modernos, que reconocieron las profecías.
Tenemos registros de los primeros judíos y cristianos, tanto monjes como rabinos, que fueron testigos de que Muhammad era el cumplimiento de profecías bíblicas específicas. Los siguientes son algunos ejemplos de estas personas.
El profeta esperado
Los judíos y cristianos de Arabia, antes del Islam, estaban esperando un profeta. Antes de la aparición de Muhammad, Arabia era el hogar de judíos, cristianos y árabes paganos que, en ocasiones, guerreaban unos con otros.
Los judíos y los cristianos decían: “Ha llegado el momento de que aparezca el profeta iletrado que resucitará la religión de Abraham. Nos uniremos a sus filas y entablaremos una guerra feroz contra vosotros”.
Cuando Muhammad apareció, algunos de ellos creyeron en él y otros se negaron. Por eso Dios reveló:
Y ahora que les ha llegado un Libro de Allah, que es una confirmación de lo que ya tenían, no creen en él, a pesar de reconocerlo y de que en otro tiempo pidieron auxilio contra los incrédulos. ¡Qué la maldición de Allah caiga sobre los incrédulos!
Corán 2:89
El primer testigo fue Bahira, un monje cristiano, que reconoció la profecía de Muhammad cuando aún era joven y le dijo a su tío: “Una gran fortuna se encuentra ante su sobrino, así que llévelo a casa rápidamente”.
El segundo testigo fue Waraqah ibn Nawfal, un erudito cristiano que murió poco después de un encuentro con Muhammad. Waraqah atestiguó que Muhammad era el Profeta de su tiempo y que recibió revelación al igual que Moisés y Jesús.
Los judíos de Medina esperaban ansiosamente la llegada de un profeta. Los testigos tercero y cuarto fueron sus dos famosos rabinos judíos, Abdullah ibn Salam y Mukhayriq.
Los testigos sexto y séptimo también fueron rabinos judíos yemeníes, Wahb ibn Munabbih y Ka’b al-Ahbar (m. 656 EC). Kaab encontró largos pasajes de alabanza y la descripción del Profeta profetizado por Moisés en la Biblia.
El Corán dice:
¿No les sirve de prueba que lo conozcan los sabios de los hijos de Israil?
Corán, 26:197
Traducido del inglés del Archivo de About Islam: The Bible Prophecies of Muhammad