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Como el profeta Muhammad trataba a los jóvenes

A lo largo de su noble vida el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) enfatizó la importancia de los jóvenes.

Empoderó a los hombres y mujeres jóvenes de su tiempo y dejó un legado extraordinario que continúa inspirando a los jóvenes hasta el día de hoy.

El Profeta era brillante tratando con los jóvenes. El amor fue el factor subyacente detrás de su relación con ellos. Su carisma y personalidad atrajeron a niños, adolescentes y adultos jóvenes a su mensaje.

Al estudiar la sirah, es evidente que un gran número de sus Sahaba eran, de hecho, jóvenes. El conocido autor Adil Salahi, escribe en su biografía del Profeta,

“Un nuevo mensaje que aboga por un cambio total en el orden social a menudo atrae a los jóvenes cuya visión de una vida mejor les da un fuerte motivo para trabajar duro por sus creencias”. [1]

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Empatía y empoderamiento

El mensaje del Profeta fue un mensaje de empoderamiento que transformó a los jóvenes para que se convirtieran en lo mejor que podían ser. Salahi explica,

“El Islam tiene un mensaje simple que apela directamente a la mente humana y apela fuertemente a la naturaleza humana. Muchos de estos jóvenes eran de gran carácter”. [2]

El enfoque profético en la interacción con la juventud fue el de anclar el alma a su naturaleza innata: la fiṭrah. Con amor y empatía, el Profeta alimentó a la juventud; los instruyó, los aconsejó, los empoderó y los desarrolló.

El Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) les ayudó a su desarrollo emocional y espiritual. Demostró al mundo las increíbles alturas que pueden alcanzar los jóvenes marchando en primera línea.

Esto no es una exageración de ninguna manera, sino una realidad que se manifestó en la Arabia del siglo VII bajo el liderazgo, la tutoría y la guía del Profeta.

El Profeta conocía muy bien la grandeza y el potencial de la juventud. Por esta razón se esforzaba por involucrarlos. Además de esto los jóvenes amaban profundamente al Profeta. El vínculo era tal que estaban dispuestos a sacrificar sus vidas por él.

¿Cómo desarrolló el Profeta una conexión tan fuerte con los jóvenes? ¿Por qué tuvo tanto éxito en atraer a la generación joven a su causa?

En la siguiente serie de artículos, abordaré estos mismos puntos y presentaré escenas de la sirah que ilustran cómo el Profeta interactuó con los jóvenes y cómo estableció relaciones saludables con ellos.

La juventud de la cueva

La sura titulada Al-Kahf o “La cueva”, presenta la narración de un grupo de jóvenes que se retiraron a una cueva para proteger su fe y sus vidas. Brinda inspiración a los jóvenes que luchan por mantener su identidad y religión entre diversas tentaciones y dificultades.

A pesar de todos los desafíos extremos, los jóvenes de esta sura mostraron una fe firme. Como resultado, Dios los aumentó en guía:

Eran unos jóvenes que creían en su Señor y los habíamos acrecentado en guía.

Al-Kahf, 18:13

Surat al-Kahf responde a quienes interrogaron al Profeta sobre la extraña y maravillosa historia de un grupo de jóvenes en la antigüedad, también conocidos como los “durmientes de la cueva”.

El Imam Ibn Kathir comenta que estos eran jóvenes que aceptaban la verdad y estaban más guiados que los ancianos que se habían obstinadamente en sus caminos y se aferraban a la religión de la falsedad. Escribe:

“Por la misma razón, la mayoría de los que respondieron a Allah y Su Mensajero eran jóvenes. En cuanto a los ancianos de Quraysh, la mayoría mantuvo su religión y solo unos pocos se hicieron musulmanes. Entonces Allah nos dice que la gente de la cueva eran hombres jóvenes”. [3]

Un ejemplo excelente

El Surat al Kahf sirve como una joya eterna para todos los creyentes hasta el final de los tiempos, especialmente para los jóvenes. Dios amó las acciones de estos jóvenes y transmitió su historia en la guía eterna para la humanidad, el Corán. Esto muestra el honor que Dios da a los jóvenes que creen en Él.

Esta Sura dio consuelo al Profeta y a sus seguidores. Fue revelada durante el período de La Meca cuando los creyentes se enfrentaban a una enorme oposición y la posibilidad de ser asesinados, de manera similar a los “durmientes de la cueva”. Fortaleció al Profeta moral y espiritualmente y lo motivó a tener confianza en los jóvenes, después de haber tenido plena confianza en Dios, por supuesto.

Una cálida relación

El Profeta tenía un lugar muy especial para los jóvenes en su corazón. Desde los niños de su familia hasta los jóvenes de la comunidad, todos experimentaron la calidez de su presencia y amor.

Se ha transmitido que el Profeta solía besar y jugar con sus nietos. El Imam Al-Bujari cita el siguiente incidente en su maravillosa compilación de tradiciones proféticas:

El Mensajero de Allah besó a Al-Ḥasan bin Ali mientras Al-Aqra bin Ḥabis At-Tamimi estaba sentado a su lado.

Al-Aqra dijo: “Tengo diez hijos y nunca he besado a ninguno de ellos”.

El Mensajero de Allah lo miró y dijo:

“Quien no sea misericordioso con los demás, no será tratado con misericordia”. [4]

Sahih Bukhari

Amabilidad y compasión

Era parte de su naturaleza mostrar compasión a través de abrazos, besos, caricias, sonrisas, etc. En el mundo contemporáneo, los médicos nos aconsejan brindar tal forma de atención a los niños ya que esto impacta positivamente en su crecimiento.

Esta práctica era intrínsecamente parte de la conducta del Profeta. Cualquier niño o joven que se encontrara con el Profeta quedabe profundamente afectado por su conducta misericordiosa. Usama bin Zaid narró:

“El Mensajero de Allah solía ponerme en (uno de) sus muslos y ponía a Al-Ḥasan bin ‘Ali en su otro muslo, y luego nos abrazaba y decía: “¡Oh Allah! Por favor, sé misericordioso con ellos como yo soy misericordioso con ellos”.

Sahih Bujari

Además, es evidente a partir de la Sirah y la literatura hadiz que el Profeta tenía un vínculo muy íntimo y emocional con sus propios hijos. Tras la muerte de su amado hijo Ibrahim, el Profeta lloró y expresó su dolor.

El gran erudito indio Sayyed Abul Hasan Ali Nadwi menciona la reacción del Profeta ante el fallecimiento de su amado hijo. Dijo con tristeza:

El ojo llora y el corazón está triste, pero no decimos nada para provocar la ira de Allah. Estamos tristes, oh Ibrahim.

Traducido del inglés del archivo de About Islam: How Prophet Muhammad Treated the Youth