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Vivir un vida de Zuhd, el ascetismo del Profeta Muhammad

No soy una persona materialista. Cuando era niña me gustaba usar ropa de segunda mano. Mi boda costó 5 dólares. ¿El coche de mis sueños? Uno que no se rompa.

Pero la idea del ascetismo o de vivir un estilo de vida zuhd nunca me había atraido. De hecho, solía pensar que esa era un área (de otras muchas) en la que había fallado en mi vida y en mi Din.

Como musulmán, siempre me he esforzado por vivir de la forma más parecida al Profeta Muhammad, que la paz sea con él, posible. Y siempre nos quedaremos cortos porque él era el epítome del ascetismo.

El Profeta, la paz sea con él, era un asceta

Cuando comparo mi vida con la vida del Profeta Muhammad, la paz sea con él, me siento avergonzada de mi materialismo. Como cuando disfruto de mi cómodo lugar para dormir; pensaba que nunca podría estar a la altura zuhd del Mensajero, cuyo colchón era tosco y áspero.

Se acostaba en una estera de caña y le dejaba marcas en la piel.

Narrado en Ibn Mayah

Pensaba que nunca podría ser una asceta porque, aunque soy consciente de lo que como, disfruto mucho comiendo. ¿Cómo podría estar a la altura de un hombre que, Aisha dijo:

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[…] Pasaba tres lunas nuevas en dos meses sin encender un fuego (para cocinar una comida) […]

Su sobrino preguntó:

“Oh tía, ¿qué os mantenía?”

Dijo:

“Las dos cosas negras, los dátiles y el agua […].

Sahih Muslim

Mientras me reprochaba a mi misma, a menudo pensaba en cuánto poseo en comparación con un hombre sobre quien un compañero dijo:

Cuando el Profeta murió, no dejó dinero ni nada más que su mula blanca, sus armas y un pedazo de tierra que dejó en caridad.

Sahih Bujari

Trato de vivir un estilo de vida minimalista, pero no me veía capaz de implementar los extremos de una vida de zuhd.

Entendiendo el Zuhd -ascetismo- bajo una luz diferente

Eso fue hasta que leí algo que me hizo cambiar de opinión sobre el término zuhd:

Practicar Zuhd significa lograr el equilibrio entre ser un sobreviviente conocedor del mundo y un triunfador en el Paraíso. Se trata de estar contentos con el lugar en el que estamos, quién Dios nos ha hecho ser, aquello que Dios no ha dado y en las situación y condiciones en las que nos ha puesto.

Lo más importante es estar contento y hacer las paces con nosotros mismos, hacer el mejor y más completo uso de aquello con lo que Allah nos ha bendecido y evitar areas grises de las que no estamos seguros.

Se me encendió una bombilla. Quizás podría ser ascética, pensé. ¿Me ha impedido mi malentendido implementar este equilibrio en mi vida? Me pregunté. ¿Cómo podría olvidar que el Islam se trata de equilibrio? Me repetía.

Pero este malentendido no surgió del vacío. Como la mayoría de las personas, la imagen que tenía en mi cabeza de un asceta era la de alguien que usa ropa andrajosa, rechaza poseer algo, le disgusta cualquier tipo de comodidad y básicamente vive en esa delgada línea entre la vida y la muerte.

Al profundizar en el concepto islámico del ascetismo en el Din, descubrí que la idea que tenía era en realidad la de un falso asceta. Sufyan Az-Zawri, uno de los primeros eruditos y juristas islámicos, explicaba: “Zuhd es tener no tener expectativas que proyectamos al exterior; no significa comer alimentos pobres o inadecuados como muchos piensan, o usar una ropa mala o barata”.

La famosa declaración de Ali ibn Abi Talib, “el ascetismo no es que no debes poseer nada, sino que nada debe poseerte”, explica perfectamente lo que significa este concepto mal entendido.

Una mejor comprensión del ascetismo

Empecé a abrir los ojos a la realidad de cómo el Profeta (la paz sea con él) practicaba el ascetismo, por qué otros profetas eran más ricos de lo imaginable (Salomón, por ejemplo) y qué se requería realmente para ser un asceta.

Fue en la historia de Job (la paz sea con él) con la que realmente comencé a obtener algo de comprensión. Era un hombre que tenía todas las cosas mundanas que algunos creen que llenarán nuestras almas y nos harán felices.

Pero cuando fue probado y lo perdió todo, no se quebrantó. No perdió la esperanza. No se desanimó.

Muchos de nosotros nos preguntamos cómo podía Job seguir adelante después de todo lo que le había pasado. La respuesta está en el mal entendido término “zuhd”. Incluso después de todo lo que había perdido de la vida mundana, todavía tenía una cosa, la única que realmente puede hacernos estar satisfechos: la conexión con Allah, el Eterno (SWT).

Y después de que su corazón se mantuvo puro en su vida ascética, sus riquezas mundanas le fueron devueltas.

Job, el Profeta Muhammad y todos los profetas entendían, incluso cuando tenían riquezas materiales, que:

La posesión en disfrute de esta vida es poca cosa; la Última Vida es mejor para quien es temeroso.

Corán, 4:77

El verdadero asceta, no importa cuánto posea, él o ella sabe que:

La vida del mundo es en realidad juego y distracción, así como apariencia, jactancia entre vosotros y rivalidad en riqueza e hijos. Es como una lluvia que admira a los sembradores por las plantas que genera, pero que después se secan y las ves amarillentas hasta convertirse en deshecho. En la Última Vida habrá un duro castigo, y también perdón de Allah y beneplácito.
La vida del mundo no es más que el disfrute del engaño.

Corán, 57:20

En realidad, vivir como el Profeta, la paz sea con él, en la medida de nuestras capacidades, es fácil. Vivir una vida de Zuhd es fácil. Todo lo que tenemos que hacer es mirar a nuestra vida y eliminar, en nuestro corazón, lo que no debería de estar ahí.

Traducido del inglés del archivo de About Islam: Prophet Muhammad: The Spiritual Ascetic

About Theresa Corbin
Theresa Corbin is the author of The Islamic, Adult Coloring Book and co-author of The New Muslim’s Field Guide. Corbin is a French-creole American and Muslimah who converted in 2001. She holds a BA in English Lit and is a writer, editor, and graphic artist who focuses on themes of conversion to Islam, Islamophobia, women's issues, and bridging gaps between peoples of different faiths and cultures. She is a regular contributor for AboutIslam.net and Al Jumuah magazine. Her work has also been featured on CNN and Washington Post, among other publications. Visit her blog, islamwich, where she discusses the intersection of culture and religion.