Las imágenes del universo vistas desde un transbordador espacial que orbita alrededor de la tierra son impresionantes, pero la más fascinante sigue siendo la imagen de la tierra suspendida en el espacio vacío.
“Una imagen que nunca se borrará de la memoria”, narra un astronauta ruso. “Una esfera como las dibujadas en los mapas pero suspendida en el espacio. Nadie la está sosteniendo. A su alrededor hay un vacío… un vacío sin fin. Me quedé atónito durante unos minutos. Me pregunté: ‘¿Quién la mantiene suspendido ahí, de esa manera?'”.
¿Quién puede ser?
Nosotros, junto al astronauta ruso, nos preguntamos: ¿Quién sostiene la tierra y los planetas, cercanos y lejanos, en sus órbitas, flotando sin dificultad y sin desorden en este vasto y majestuoso cosmos? ¿Quién organiza su movimiento para que no choquen o se desvíen de sus caminos?
No solo nosotros, sino que el Noble Corán nos pregunta:
Di: ¿De quién son la tierra y lo que hay en ella si es que sabéis? Dirán: De Allah. Di: ¿Es que no vais a recapacitar? Di: ¿Quién es el Señor de los siete cielos y del Trono Inmenso? Dirán: Son de Allah. Di: ¿No Le temeréis? Di: ¿Quién tiene en Sus manos el dominio de todas las cosas y ampara pero no es amparado, si sabéis? Dirán: Allah. Di: ¿Por qué entonces estáis hechizados?
Corán, 23:84-89
El pensamiento lógico
Ese transbordador espacial, con sus piezas y máquinas, no se ensambló espontáneamente; y los motores no funcionaron al azar, haciendo volar el vehículo en viajes espaciales prolongados, sin que hubiera un sistema eficiente y preciso diseñado y conducido por científicos inteligentes. La ciencia y la lógica refutan esto.
La creencia en Dios no nace de una mente estancada, influenciada solo por milagros y mitos. Una creencia de este tipo no tiene peso. De nada sirve una creencia que imita o es heredada, porque “El hombre sólo tendrá aquello por lo que se esfuerza“. (Corán, 53:39s)
No hay lucha o esfuerzo en imitar la creencia de otros. Ningún pensamiento ha encendido y movido el alma o despertado la voluntad de saber, simplemente se ha seguido la creencia de los demás. Esto no produciría ningún conocimiento ni sería merecedor de recompensa.
La curiosidad sobre el mundo que nos rodea con una búsqueda diligente de respuestas sinceras sobre su Creador es el verdadero camino.
Preguntas y respuestas sobre el Corán
Las preguntas sobre nosotros mismos y este mundo como esta: “Di: ¿De quién es cuanto hay en los cielos y en la tierra?” son las que finalmente nos llevarán a la respuesta:
Di: De Allah. Se ha prescrito a Sí mismo la misericordia. El Día del Levantamiento os reunirá, no hay duda en ello. Los que se hayan perdido a sí mismos… No creían.
Corán, 6:12
Esto hace que se caigan los velos y abran los ojos al poder detrás de la pequeña semilla que crece hasta convertirse en un gran árbol con raíces profundas y ramas enormes, que es lo mismo que hay detrás del amanecer que divide la oscuridad y dispersa la luz.
Es cierto que Allah hiende la semilla y el núcleo, haciendo salir lo vivo de lo muerto y lo muerto de lo vivo. Ese es Allah. ¿Cómo podéis apartaros? Él hace romper el día, y ha hecho de la noche reposo, y del sol y de la luna dos cómputos. Ese es el decreto del Irresistible, el Conocedor.
Corán, 6:95-96
De esta forma se despiertan dentro de nosotros los poderes mentales y espirituales. La certeza en Allah se desarrolla como el resultado natural de una reflexión atenta y ansiosa sobre los horizontes infinitos de este magnífico universo.
Cada pausa y cada movimiento en él declara quién es su autor. La materia no puede crearse a sí misma o surgir de la nada, y todo lo que funciona tan armoniosamente para sostener la vida en la tierra no puede ser producto de la mera casualidad.
Y di: Las alabanzas a Allah. Él os mostrará Sus signos y vosotros los reconoceréis. Y tu Señor no descuidará lo que hacéis.
Corán, 27:93
La verdad
La mente humana rechaza naturalmente el pensamiento de la inexistencia de Dios. Puede evocar falsos conceptos e imágenes de Dios, pero un sentimiento instintivo en el centro continúa rechazándolos y resistiéndolos. ¿Puede su creador ser una piedra, un animal o un ser humano? Y continúa en su búsqueda de la verdad. Continúa esforzándose por deshacerse de las ataduras de las tradiciones y los credos heredados.
El Testimonio de la creencia en el Islam “No hay dios excepto Allah” consta de dos mitades que forman un todo; el primero niega y el segundo afirma.
“No hay dios” niega cualquier dios falso y fabricado por la imaginación humana.
¿Qué es mejor, (adorar a) señores distintos, o a Allah, el Único, el Dominante? Lo que adorais fuera de Él no son sino nombres que vosotros y vuestros padres habéis dado y en los que Allah no ha hecho descender ningún poder.
Corán, 12:39-40
Algunas mentes se quedan congeladas en esa parte. Aunque un segundo pensamiento seguramente les hará darse cuenta de que después de la incredulidad en todos los dioses hechos por humanos, debe haber creencia en el Creador de todo, Quien no tiene par ni igual, el que todo lo oye, el que todo lo ve.
Después de “No hay dios” – que refuta todos los falsos dioses – debe seguir la verdadera y gran afirmación… excepto Allah.
Allah, de quien el astronauta comunista sintió un destello de su poder cuando vio la tierra suspendida en el vasto universo, rodeada de vacío por todos lados, lo que le hizo gritar con asombro y admiración: “¿Quién la sostiene?”
Quién… excepto Allah.
En verdad Allah sujeta los cielos y la tierra para que no decaigan y si tuvieran algún declive, nadie, más allá de Él, los podría sujetar.
Corán, 35:41
¿Quien, aparte de Él, lo ha mantenido en su lugar? ¿Y la luna y el sol que vemos noche y día sin más pilares que los de su Suprema Voluntad?
Creó los cielos sin pilares que pudierais ver y puso en la tierra cordilleras para que no se moviera con vosotros y repartió por ella todo tipo de seres vivos. Y hacemos que caiga agua del cielo con la que hacemos crecer todo tipo de especies nobles.
Corán, 31:10
(1) El nombre “Allah” es indicativo y todo-inclusivo de cada Nombre Divino y Atributo de Perfección Absoluta: el Dios Único, el Hacedor, el Todopoderoso, el Misericordioso, etc.; en árabe significa: Aquel exclusivamente digno de deificación y adoración. Es importante notar que “Allah” es la misma palabra que los cristianos y judíos de habla árabe usan para Dios.
Del libro “El Lado Emocional del Islam” por Sheikh Muhammad Al-Ghazali. Traducido y adaptado por Haya Muhammad Eid y editado por Emily Katharine Richardson.
Traducido del inglés del archivo de About Islam: Who Other Than God?