A la edad de 21 años, después de muchos años de buscar y estudiar las religiones monoteístas, hice la declaración de la creencia nos hace musulmanes.
En ese momento de mi vida ya había sufrido muchas pruebas.
Crecí con un temor constante a mi padre alcohólico y abusivo; mi madre luchó contra el cáncer durante más de cuatro años y perdió la pelea; fui víctima de asalto; y luché contra una enfermedad tras otra.
Cuando le cuento a la gente estas historias muy personales de mi vida cuando era joven, a menudo asumen que estas pruebas han afectado mis cimientos. Y, antes del Islam, esto era muy cierto. Me estremecía hasta la médula. Me sentía como una hoja en un viento implacable. Por eso estaba amargada, era inestable, a menudo emocional y más que nada, estaba perdido.
Teniendo en cuenta todo a lo que ya me había enfrentado, cuando escuché versículo del Corán:
¿Es que cuentan los hombres con que se les va a dejar decir: creemos y no van a ser puestos a prueba?
Corán, 29:2
Pensé, ¿qué más podría pasar?
Fui un poco estúpida con en este pensamiento. Las pruebas de mi joven vida, antes del Islam, solo habían sido una muestra de lo que estaba por venir.
Pero hubo un gran diferencia con las pruebas a las me que enfrenté después de hacerme musulmana. Tenía una base sólida del Islam en mi vida que me mantuvo conectado a tierra, razonable y centrada.
Me consolaban las historias de los Profetas. Y llegué a comprender que la amargura es una pérdida de tiempo porque cualquier cosa que me ha llegado nunca me habría escapado. Esperaba el alivio después de cada dificultad. Y rezo para que Allah me siga guiando.
Ibn Qayim dijo:
“Si reflexionas sobre la sabiduría de Allah en aquello con lo que Él prueba a Sus siervos y elegidos, por medio de lo cual Él los dirige a lograr los objetivos más altos y alcanzar las posiciones más elevadas, que no podrían haber alcanzado sin estas pruebas y tribulaciones… todas estas pruebas y tribulaciones son, de hecho, una especie de honor, porque si bien parecen ser pruebas y dificultades, en realidad son misericordia y bendiciones”.
¿Cuántas grandes bendiciones de Allah son las consecuencias directas de las pruebas y tribulaciones?
Cuando pensamos en esto, la declaración de Ibn Qayyim es muy cierta. No está en la naturaleza humana luchar por ser mejores cuando experimentamos tranquilidad. Es cuando llega la dificultad que cambiamos.
Al igual que un trozo de carbón seguirá siendo un trozo de carbón hasta que se ejerza una gran presión sobre él. Este es el patrón de la naturaleza que Allah ha creado.
¿Quién es más probado?
Se le preguntó al Profeta Muhammad (la paz sea con él): “¿Qué personas tienen las pruebas más difíciles?”
Él dijo:
Los Profetas, luego los siguientes mejores y luego los siguientes mejores. Un hombre será probado de acuerdo con su creencia […] La calamidad seguirá sobreviniendo a una persona hasta que camine sobre la tierra sin faltas en él.
At-Tirmidhi
Dado que los profetas fueron los más probados, podemos verlos como ejemplos perfectos de cómo lidiar con la calamidad cuando toca nuestra vida.
Podemos encontrar consuelo al saber que incluso el mejor de la humanidad fue puesto a prueba. Podemos animarnos sabiendo que si seguimos la tradición de los Profetas, Allah estará con nosotros tal como estuvo con ellos.
La gente de Nuh (Noé)
El Profeta Nuh (la paz sea con él) aconsejó, advirtió e instó a su pueblo durante 950 años a adorar solo a Allah, abandonar las malas acciones y ordenar el bien. Durante casi un milenio, se esforzó por guiar a su pueblo. Pero su llamado cayó en oídos sordos. Muy pocos escucharon su mensaje.
Durante sus muchos, muchos años como Profeta, su gente lo insultó continuamente y lo etiquetó de un loco. Pero Nuh no perdió la esperanza en su Señor ni abandonó su tarea. Simplemente le pidió ayuda a Allah.
Entonces rogó a su Señor: ¡Me han vencido, auxíliame! Y abrimos las puertas del cielo con un agua torrencial.
Corán, 54:10-11
Nuh fue paciente con sus pruebas, siguió creyendo y llamando a su pueblo al camino recto. Sólo pidió a su Señor y le llegó la facilidad.
El fuego de Ibrahim
El Profeta Ibrahim (Abraham) la paz sea con él, trató de mostrarle a su pueblo que no hay verdad ni lógica en adorar una imagen o un ídolo que ni siquiera puede hacer nada por sí mismo.
Por su valentía al decir la verdad y su fuerte creencia en la unicidad de Allah, fue arrojado al fuego.
Dijeron: Quemadlo y ayudad así a vuestros dioses, si sois capaces de actuar.
Corán, 21:68
En el momento en el que Ibrahim estaba siendo arrojado al fuego, no renunció a su creencia ni pidió perdón. Se mantuvo firme.
Dijimos: Fuego, sé frío e inofensivo para Ibrahim. Pretendieron con ello hacer una trampa, pero ellos fueron los que más perdieron.
Corán, 21:69-70
Ibrahim defendió la verdad, e incluso cuando su vida se vio amenazada de una manera horrible, se mantuvo fiel a su Señor y la tranquilidad llegó a él.
Las muchas tribulaciones de Ayyub
Pero hay un Profeta que es casi sinónimo de paciencia y firmeza durante las dificultades, el Profeta Ayyub (Job), la paz sea con él.
Ayyub perdió todo lo que tenía en este mundo. Perdió todas sus riquezas y propiedades, vio la muerte de todos sus hijos, perdió su fuerza y sufrió una dolorosa enfermedad durante muchos años y, finalmente, perdió a su esposa.
A través de todas sus pruebas, continuó siendo agradecido y obediente. No se quejó, ni se amargó. En cambio, cuando lo hubo perdido todo, le pidió misericordia a Allah.
Y Ayyub cuando imploró a su Señor: El mal me ha tocado pero Tú eres el más Misericordioso de los misericordiosos. Y le respondimos apartando de él el mal que tenía. Y le devolvimos a su familia dándole además otro tanto, como misericordia de Nuestra parte y recuerdo para los adoradores.
Corán, 21:83-84
Incluso después de todas las pruebas que sufrió, Ayyub se mantuvo firme en su adoración y agradecimiento a su Señor. Cuando finalmente se volvió hacia Allah y suplicó misericordia, le llegó la facilidad.
La facilidad vendrá después de cada dificultad
Cuando se trata con la adversidad la tradición de los Profetas es clara. Nunca dejes que la calamidad sacuda tu creencia en Allah. Quéjate sólo a Allah. Pídele a Allah una salida a la dificultad y pídele Su misericordia.
La tranquilidad vendrá, así como llega el día después de la noche.
Traducido del inglés del archivo de About Islam: Don’t Let Calamity Shake You