Las almas ordinarias experimentan momentos serenos, libres de la distracción y la contaminación terrenal, cuando los sentimientos amargos o duros se suavizan y los pensamientos se elevan de la tierra al aire puro y fresco del cielo, donde una sensación de paz y tranquilidad impregna el ser.
Pero pronto descienden a su terreno, donde viven la mayor parte de su tiempo, y contemplan estos momentos de verdadero éxtasis espiritual como destellos transitorios o una estrella que brilla desde una galaxia lejana.
Por el contrario, las grandes almas viven con una perspectiva mucho más amplia desde una altura de vida más elevada, una conciencia mucho más aguda y sentimientos más fuertes. Están erguidos en el camino recto, del cual rara vez se desvían. Están acostumbrados a volar alto y rara vez vuelan bajo. Si descienden, pronto agitan sus alas y ascienden a las alturas donde habitan.
Dios ha creado a la humanidad de esta manera, pese a que han variado en sus niveles desde el principio de los tiempos. Tales variaciones incluyen a personas comunes atadas a los grilletes compuestos por las limitaciones de sus objetivos, de la que rara vez se liberan. Y, por otro lado, las personas especiales son aquellas que se han quitado la mayoría de los grilletes mundanos, y aunque se aferren a sus pies y los lleguen a agobiar durante algún tiempo antes o después se los acabarán quitando y dejarán los lastres en el camino del olvido.
Estas personas especiales varían entre sí entre la justicia y la virtud, así como las estrellas varían en su luminosidad.
Si bien las personas creen que pueden elevarse al nivel de aquellos que, -aunque están lejos-, todavía están al alcance de la mano, algunos, debido a la gran brecha, se encuentran más allá de la imaginación.
Los profetas de Allah
Ciertamente, el alcance de su diversidad es infinita. Y así es la sabiduría de Allah que eligió a los portadores de Sus Revelaciones de entre los mejores de los pocos elegidos, que sobresalen sobre los demás en todo.
Si se celebrara una carrera entre las personas más dotadas y hábiles que jamás hayan existido, cuya intuición fuera la más fuerte, cuyos corazones fueran los más puros y cuya moral fuera la más virtuosa, los únicos ganadores serían los Profetas de Allah.
Los Profetas fueron hombres de inteligencia incomparable, fuerza de determinación, objetivos de gran alcance, sagacidad penetrante y una visión completa de la naturaleza y las inclinaciones humanas. Es un gran error pensar que fue simplemente la bondad o la sencillez de carácter lo que calificó a estos Mensajeros para guiar a su pueblo durante épocas de impedimento e ingenuidad.
El verdadero liderazgo de las naciones, pasadas o presentes, se realiza solo a través de personas dotadas de capacidades espirituales y morales que pueden atraer a las multitudes a su alrededor con corazones dispuestos:
Y recuerda a Nuestros siervos lbrahim, Ishaq y Yaqub, ellos tenían firmeza y sagacidad. Realmente los escogimos por su entrega al recuerdo de la Morada. Y ellos están, ante Nos, entre los predilectos, los elegidos.
Corán, Sura de Sad, 38:45-47
¿Has captado el secreto de su grandeza dentro de los pliegues de esta concisa descripción coránica?
Es poder y visión; hombres de valentía sin un tinte de incapacidad, y discernimiento sin ignorancia. Fueron elegidos por encima de todas las demás generaciones de la humanidad, como cuando se elige entre maravillosos ramos, dejando lo bello por lo más bello. Esta es la elección o la respuesta de Dios.
Ciertamente si miráis hacia los Guardianes de las benditas Revelaciones, vuestros ojos no perderán de vista sus nobles frentes coronadas de grandeza y virtud y adornadas de certeza y veracidad; su prominencia casi oculta que oscurece a toda la otra humanidad.
El Profeta Muhammad (s.w.a.)
Estos fueron los Profetas a quienes se les confió la guía de las personas durante largos períodos durante las primeras eras de la historia.
En medio de esta compañía de hombres justos, contemplamos, con veneración y asombro, a Muhammad bin ‘Abdullah, el único Profeta, a quien se le confió la guía de la humanidad hasta el fin de los tiempos, enviado con un Libro (el Glorioso Corán) que permanecerá entre ellos mientras dure el día y la noche, en cuya persona se reunió la moral y las creencias destinadas al bienestar y la justicia de las primeras y últimas generaciones.
Puedes familiarizarte fácilmente con la sabiduría eterna, que es el más alto de todos los ideales en carne y hueso, a través del Libro con el que fue enviado el Profeta Muhammad. La guía de su vida emocional e intelectual surgió de su conocimiento puro y claro sobre Dios, su continuo recuerdo de Él y su firme apego a los significados de la perfección en Sus Divinos Nombres y Atributos.
Verdaderamente, el mundo, desde su principio hasta su fin, no conocerá a otro ser humano que haya caminado sobre la tierra con el corazón unido al cielo como lo hizo el Profeta Muhammad:
“Oh mi Señor, hazme agradecido (ante el Creador y la creación), siempre recordándote, siempre temiéndote, siempre obedeciéndote, a Ti humilde, lleno de lágrimas y arrepentido. Oh mi Señor, acepta mi arrepentimiento, limpia mis faltas, responde a mi súplica, fortalece mi argumento, guía mi corazón, corrige mi lengua y quita la mala voluntad de mi pecho”.
Thirmidhi
De hecho, uno de los atributos más destacados de los grandes guías espirituales es la capacidad de activar la energía dentro de quienes se acercan a ellos, liberando sus poderes internos para poder servir a la única verdad, cada uno de acuerdo con sus dones.
Por lo tanto, aquellos que se equivocan pero anhelan el arrepentimiento, los ignorantes que buscan el conocimiento, los confundidos que desean la paz, los enfermos que ansían la curación y los imperfectos que ambicionan la perfección, en sus esfuerzos por alcanzar sus objetivos, aprenderán mucho sobre el Profeta Muhammad a través de la guía de un verso del Corán o del benefició que obtendrán a través de alguna parte de su inmensa sabiduría.
Traducido del inglés de los archivos de Discovering Islam: Raising yourself from humanity to spirituality