El hombre puede pensar que la relación entre él y su Señor es similar a la que existe entre los hijos y sus padres; que los necesitan cuando son jóvenes y prescinden de ellos cuando son mayores. Su independencia puede incluso llevarlos a la ingratitud y al olvido de la bondad pasada.
En realidad, la necesidad del hombre de su Señor es eterna, mayor que la de un niño por su madre o una planta de luz y agua. Nunca cesa.
Di: ¿Quién os provee desde el cielo y la tierra? ¿Quién tiene en Su poder el oído y la vista? ¿Quien hace salir lo vivo de lo muerto y lo muerto de lo vivo? ¿Quien rige el mandato?
Corán 10:31
Dirán: Allah. Di entonces: ¿Es que no vais a temer?
El hombre puede pretender imaginar que puede escapar de las consecuencias de agraviar a su Señor a través de alguna protección aquí o allá.
Ningún otro refugio
En realidad, no hay ningún lugar en el universo donde pueda esconderse, y nadie que pueda brindarle esa protección. Cualquier refugio que busca fuera de su Creador es más débil que quien lo busca:
¿Acaso tienen dioses que les puedan defender, fuera de Nosotros? Ni siquiera pueden ayudarse a sí mismos y menos aún librarse de Nosotros.
Corán, 21:43
Cualesquiera que sean las facultades que tiene la humanidad, como el oído, la vista y los sentimientos, Allah se las ha prestado. Él puede retirarlas en cualquier momento y dejar a los más poderosos de toda la humanidad con las manos vacías, en la más absoluta debilidad.
Di: Decidme: ¿Qué pasaría si Allah os quitara el oído y la vista y sellara vuestros corazones?
Corán, 6:46
¿Qué otro dios fuera de Allah os los podría devolver? Observa cómo exponemos con claridad los signos y sin embargo, ellos se alejan.
¿Cómo llegar a conocer a Dios?
Conocer a Allah es estar entre Sus Manos, sintiendo que Él es quien Él es y tú lo que tú eres.
Tú, con tu desnuda realidad, estás sin adornos, sin pretensiones. Y Él, con Su Sagrado Ser, es absolutamente perfecto y libre de cualquier defecto, carencia o insuficiencia.
Tú, como realmente eres: débil, pobre e imperfecto. Y Él, como realmente es: digno de toda exaltación y glorificación.
Sin un sentido de gratitud, el hombre puede caer fácilmente en el orgullo, los falsos sentimientos de autosuficiencia y, en última instancia, de creerse independiente de Allah. Creerse que él es la fuente de su propia suficiencia, que él es su propio proveedor.
Evita así cualquier recordatorio de que es una de las muchas criaturas en este amplio universo que constantemente necesita a su Creador. Se ve a sí mismo como el producto de su propia creación.
Cree que todo lo que posee es su derecho, en lugar de una generosidad de Allah. Su propio ser, a sus ojos, le da poder en esta tierra, y le dará poder en el más allá.
Y si después del daño que le tocó le hacemos probar una misericordia de Nuestra parte, dice: Esto es cosa mía, no creo que la Hora vaya a llegar y aún en el caso de que volviera a mi Señor, sin duda que tendría junto a Él lo más hermoso.
Corán, 41:50
¿Qué le haría pensar al hombre que su nombre está registrado en el cielo y que tiene un lugar reservado con su Señor cuando termine esta vida, si vive su vida desagradecido y sin pensar en Él?
Estos son los engaños y fantasías vacías de las mentes orgullosas. Así se arruinan las almas y se deteriora su juicio.
Allah ha creado a la humanidad para conocerlo y alabarlo, no para ignorarlo y negarlo. Allah se acerca, con Su Misericordia, a aquellos que glorifican a su Señor en público y en privado y no traspasan sus límites humanos.
Le confiesan su debilidad y Él les da fuerza.
Le confiesan su bajeza y Él les da honor.
Se vuelven de la fuerza y el poder de sí mismos a la fuerza y el poder de Allah, y Él les abre las puertas de la supremacía, el éxito y la realización:
¡Vosotros que creéis! Temed a Allah y creed en Su mensajero y os dará de Su misericordia doblemente, os conferirá una luz con la que caminaréis y os perdonará. Allah es Perdonador, Compasivo.
Corán, 57:28
En esta era arrogante, la gente no está interesada en el cielo; está interesada en aferrarse a la tierra; en confiar en el mundo visible y burlarse del mundo invisible; en mostrar una fuerte creencia en sí mismos, y muy poca creencia en Allah, quien los creó para un propósito mucho más alto que el que ellos piensan o el fin hacia el cual están trabajando.
Continuarán privándose de la provisión celestial mientras persistan en este camino erróneo.
Viven expuestos a angustia tras angustia y aflicción tras aflicción:
La desgracia no dejará de golpear a los que se niegan a creer o de rondar sus hogares a causa de lo que hicieron, hasta que la promesa de Allah llegue; pues ciertamente Allah no falta a lo prometido.
Corán, 13:31
Este artículo es un extracto traducido del libro de Shaykh Muhammad Al-Ghazali: El lado emocional del Islam.
Está traducido y adaptado por Haya Muhammad Eid y editado por Emily Katharine Richardson.
Traducido del inglés del archivo de About Islam: How to Know Our Lord