El mes de Ramadán es un mes emocionante de oración y reflexión. Los musulmanes de todo el mundo buscan formas de maximizar los beneficios y las oportunidades. Estos son verbos que nosotros, como musulmanes, debemos poner en práctica todos los días.
- Alegrarse – Ramadán es un mes de alegría y excelencia. Nos alegramos de poder vivir otro Ramadán y nos alegramos de concluirlo juntos. Nos alegramos de que el Ramadán sea un regalo para obtener bendiciones, rezar, ser perdonado. Vivimos cada momento del Ramadán con alegría.
- Amar- Ramadán es un mes de amor que Dios nos ha dado. Cuando Dios nos pide que dejemos atrás ciertos hábitos que son fundamentales para nuestra existencia, como la comida y la bebida, es para nuestro beneficio. Es una oportunidad de aprender y leer muchos textos islámicos como el Corán y los Hadices. Cuando amas mucho a alguien, haces sacrificios por él. Entonces, cuando un musulmán cambia su vida durante el mes de Ramadán por Dios, eso es amor.
- Abrazar- Todas las noches de Ramadán nos unimos con otros musulmanes para la oración del Taraweeh y nos abrazamos como hermanos y hermanas en el Islam. Estos abrazos nos ayudan a construir nuestra espiritualidad. Es el mes de la fraternidad y la humanidad.
- Cambiar- Este es un mes de cambio personal. Cambiamos nuestro horario de sueño, nuestro horario de comidas, cómo trabajamos. Este también es un mes para cambiar nuestros hábitos. Un momento para dejar lo malo y comenzar nuevos hábitos mejores. El cambio tiene que ser uno de los objetivos fundamentales para el mes de Ramadán.
- Controlar- Ramadán nos enseña a controlar nuestras emociones y pasiones. Si alguien te insulta, debes recordar que debes tener el control y recordar tu estado de ayuno. Debido a que el ayuno no es solo bebida y comida, también es un ayuno de los malos hábitos e impulsos.
- Empatizar- Nos colocamos en el lugar de los pobres, los enfermos y los hambrientos. Sentimos el hambre, la sed y la debilidad que sienten. Este es un momento en que recordamos y pensamos solidariamente en aquellos que no tienen lo que nosotros tenemos. Estamos con ellos.
- Meditar- Limitamos nuestro uso de las necesidades físicas, no para pasar más tiempo durmiendo, sino para alimentar nuestro espíritu y mente. Durante el mes, debemos reservar tiempo para meditar y reflexionar sobre nuestra existencia.
- Soñar- Ramadán comienza con un sueño. Necesitamos ser conscientes del Ramadán y termina desde el primer día. Todas las noches de Ramadán Dios acepta una oración. Entonces, para muchos, este es un momento para soñar y orar por lo que sueñan. No hay límites para nuestros sueños, oraciones y objetivos.
- Renacer- Si un musulmán entra al Ramadán con objetivos e intenta cumplirlos de una manera que sigue al Corán, al final del Ramadán se convierten en una persona diferente. Intenta continuamente cambiar tus ideas, hábitos y espiritualidad y lo más importante, para continuar con el espíritu del Ramadán. Si puede hacer esto durante 30 días, puede transformarse al final del Ramadán.