Los profetas Ismael e Isaac son los hijos del profeta Abraham. Ellos, junto con su padre, forman el vínculo entre las tres principales religiones monoteístas del mundo, el Islam, el cristianismo y el judaísmo. Juntas, estas religiones a menudo se conocen como las religiones abrahámicas.
Ismael es identificado como el padre de los árabes, antepasado del profeta Muhammad, y su medio hermano Isaac es el antepasado tanto del profeta Moisés como del profeta Jesús.
El sacrificio
Las historias de estos dos grandes padres fundadores, Ismael e Isaac, son notablemente similares tanto en el Islam como en las tradiciones judeocristianas. Sin embargo, dicho esto, existen diferencias significativas.
La voluntad del profeta Abraham de sacrificar a su hijo por su creencia es la historia que ocupa un lugar preponderante en la conciencia religiosa de musulmanes, cristianos y judíos.
La historia bíblica del sacrificio de Abraham se cuenta en el Antiguo Testamento, en el Capítulo 22 del Génesis. Dios prueba a Abraham indicándole “lleva a tu hijo, a tu único hijo Isaac, a quien amas” a una montaña donde será sacrificado y ofrecido a Dios.
En el viaje, Isaac se pregunta sobre el propósito de la leña y se le dice que Dios manadará un cordero para ser sacrificado. Luego lo atan a la madera y su padre levanta el cuchillo. En ese momento, un ángel le dice al Profeta Abraham que se detenga y que, en su lugar, puede sacrificar un carnero.
En el Corán no se menciona el nombre del niño, pero otras tradiciones islámicas nos dicen claramente que el niño que iba a ser sacrificado es Ismael.
Los eruditos islámicos también enfatizan que Ismael entendió y estuvo dispuesto a cumplir con el mandamiento de Dios.
Y cuando éste alcanzó la edad de acompañarle en sus tareas, le dijo: ¡Hijo mío! He visto en sueños que te sacrificaba, considera tu parecer. Dijo: ¡Padre! Haz lo que se te ordena y si Allah quiere, encontrarás en mí a uno de los pacientes. Y cuando ambos lo habían aceptado con sumisión, lo tumbó boca abajo. Le gritamos: ¡Ibrahim! Ya has confirmado la visión que tuviste. Realmente así es como recompensamos a los que hacen el bien.
Corán 37:102-105
Los Profetas del Islam son figuras veneradas, y los Profetas Ismael e Isaac no son excepciones a esta regla.
Sin embargo, en realidad el Corán, nos dice muy poco sobre los detalles de sus vidas.
Ismael e Isaac en la Biblia y el Corán
En ambas versiones de la historia de los hermanos, Ismael es reconocido como el hermano mayor pero, curiosamente, la Biblia llama a Isaac el único hijo de Abraham.
Esto probablemente se deba a que Ismael es hijo de Hayar, conocida como la sierva de Sara, la esposa de Abraham.
En el Corán se nos dice que Hayar se casó con Abraham antes de darle un hijo. Los profetas justos nunca se aprovecharían de un sirviente, su moralidad es irreprochable. Aquí es donde a menudo surgen las diferencias en las historias islámicas y bíblicas.
El Corán toma figuras bíblicas y vuelve a contar sus historias de una manera nueva. Se reinventan.
En ambas fuentes, las líneas de tiempo que involucran a Ismael e Isaac son muy diferentes.
La narración bíblica
En las fuentes bíblicas, Hayar, la sirviente, es despedida debido a una interacción inexplicable entre Ismael, reconocido como el hijo mayor, y el muy joven Isaac.
Deambulan solos por el desierto hasta que Hayar teme que su hijo muera de agotamiento por calor y deshidratación. Ella clama sus temores a Dios y Él les proporciona un pozo para saciar su sed.
En el Islam
Las tradiciones islámicas nos dicen que Dios le ordenó al profeta Abraham que llevara a su esposa Hayar y a su hijo Ismael al desierto. Los dejó en el lugar que eventualmente se convertiría en La Meca.
Hayar se da cuenta de que es la voluntad de Dios y acepta su destino. Sin embargo, todavía lucha y teme por la vida de su bebé.
Hayar acuesta a Ismael a la sombra mientras ella corre entre dos pequeñas colinas en busca de ayuda. Le ruega a Dios misericordia y Él se la envía en la forma del ángel Gabriel quien le dice que levante a su bebé.
Cuando lo hace, se da cuenta de que sus pies han arañado el suelo permitiendo que un manantial de agua burbujee hasta la superficie. Este es el pozo de Zam Zam y su esfuerzo se conmemora en los rituales del Hajj que los musulmanes realizan en la actualidad.
Las tradiciones bíblicas nos dicen muy poco sobre la vida de Ismael excepto que Dios estaba con él; vivía en el desierto y fue arquero.
No se le conoce como profeta, pero se le reconoce como el padre de muchas naciones.
Por otra parte, las fuentes islámicas nos cuentan que Abraham, lejos de abandonar a su pequeña familia, los visitaba con frecuencia; jugando un papel importante en la elección de la esposa de Ismael y trabajando con su hijo para construir la Kaaba, el edificio en forma de cubo en La Meca conocido como la Casa de Dios. El Corán nos dice que Ismael fue un Profeta y un Mensajero.
Y recuerda en el Libro a Isma’il, él fue cumplidor de la promesa y fue Mensajero y Profeta. Mandaba a su gente la oración y la purificación de la riqueza y era satisfactorio para su Señor.
Corán 19: 54-55
Isaac es considerado un profeta de Dios en las tres religiones abrahámicas. Los musulmanes respetan y honran al Profeta Isaac, como lo hacen con todos los Profetas de Dios. Creen que tanto Isaac como su medio hermano mayor, Ismael, continuaron el legado de su padre al predicar el mensaje de Un Dios.
El Corán menciona a Isaac más de 10 veces pero no da detalles de su vida. Sin embargo, los eruditos islámicos están de acuerdo con las muchas tradiciones bíblicas que nos dicen que Isaac era un hombre espiritual preocupado por su descendencia; estaba ansioso de que sus hijos enemistados, Jacob y Esaú, pusieran fin a su conflicto y vivieran de una manera sancionada por Dios.
Los musulmanes creen en las historias bíblicas solo cuando no contradicen o van en contra del Corán o las tradiciones auténticas del Profeta Muhammad.
Desde el comienzo de la historia islámica, ha habido un debate académico sobre quién era el niño que pretendería sacrificar el profeta Abraham.
Es interesante notar que el Corán no menciona un nombre, como si quisiera recordarnos que el nombre del niño no es lo más importante. Lo importante es lo que aprendemos de la narración.
La historia de Abraham y los suyos tiene una lección práctica para la gente de esa época y para siempre. Los sacrificios de niños eran rituales existentes y con este evento Dios puso fin a ello.
De lo contrario, muchos podrían haber asumido que el único Dios verdadero aceptaba el asesinato sacrificial.
La lección más convincente que aprendemos de los profetas Ismael e Isaac es que un verdadero creyente está dispuesto a renunciar a cualquier cosa o a cualquier persona por el bien de agradar a Dios.
El profeta Abraham demostró que estaba dispuesto a seguir los mandamientos de Dios, al igual que su hijo. Debido a sus esfuerzos, Abraham se convirtió en el padre de muchos Profetas y grandes naciones y el mensaje del Dios Único se extendió por todas partes.
Además de esto, las historias de sus vidas nos muestran que una vida no tiene sentido ni valor excepto cuando se usa para agradar y adorar a Dios.
Traducido del inglés del archivo de About Islam: Ishmael & Isaac – Story of Great Brothers and Prophets