Los maestros espirituales son un jardinero y nosotros somos las flores en ese jardín.
Toda la guía y el conocimiento provienen de Aquel quien nos regaló esta hermosa forma de vida. Sin embargo, muchas veces necesitamos personas que nos enseñen y nos muestren cómo hacer las cosas.
Entonces, ¿de dónde, y especialmente de quién, debemos tomar nuestro conocimiento y guía?
¿A quién debemos confiar los secretos de nuestras delicadas almas?
¿Quién puede ayudarnos a limpiar y purificar nuestra alma para que sea más agradable y amada por Allah?
¿Y quién puede ayudarnos a hollar el camino tortuoso de esta vida mundana?
Alhamdulillah, Allah, en Su infinita misericordia, ha dado a esta nación eruditos y maestros genuinos que dedican toda su vida a preocuparse por los creyentes, guiar a quienes buscan y enseñar a aquellos que quieren ser aprender.
Tomar un maestro
Buscamos orientación y enseñanza en todo lo que hacemos. Aprendimos a leer y escribir con un maestro. Incluso aprendimos a caminar con un maestro, nuestra madre o padre. Aprendimos deportes con un entrenador, fuimos al colegio y universidad y nos enseñaron profesores, tenemos supervisores en nuestro lugar de trabajo…
Si queremos aprender algo nuevo, solemos acudir a una persona que tenga conocimientos de este campo. Debería ser lo mismo en nuestra religión. Allah nos ha concedido la guía. Él nos mostró el camino correcto. Alhamdulillah. Él nos llevó de la oscuridad a la luz (Corán 2:257). Y Él abrió nuestros corazones a Su hermosa forma de vida.
Tener un maestro espiritual que nos enseñe a cómo purificar nuestra alma y hacerla brillar y resplandecer no es obligatorio, pero es una opción excelente para acercarnos más a Allah y aprender más sobre esta increíble forma de vida.
El jardinero
Nuestros eruditos de la espiritualidad islámica comparan al maestro espiritual con un jardinero que cuida una hermosa flor. Cada miembro de esta comunidad musulmana es como una flor. Su semilla ha sido sembrada en la tierra y el sol y la lluvia la hacen crecer.
Sin embargo, a veces no llueve lo suficiente. A veces hay demasiada lluvia. Otras veces hay animalitos que intentan comerse las hojas de la flor o viene una gallina y se lo come todo. Algunas flores crecen torcidas, otras nunca desarrollan flores…
Pero, si hay un jardinero que cuide la flor, esta puede convertirse en la planta sana, bonita y encantadora que se supone que es.
¿Qué hace el jardinero con la flor? La vigila y la cuida. Cuando no llueve lo suficiente, riega la flor. Mantiene alejados a los insectos que la pueden dañar. Podría construir una valla alrededor de ella..
El jardinero podría atar la flor a un palo, para que pueda crecer hacia arriba. Y si hay algo dañino, como una tormenta de granizo, incluso puede llevarse la flor adentro para que no se destruya.
El maestro espiritual genuino
¡Somos esta flor! Nuestra alma es coma esta delicada flor. Tenemos que protegerla y cuidarla bien.
Si buscamos un jardinero para nuestra alma, un verdadero maestro espiritual, tendremos un guía que nos asista en este empeño. Él nos ayudará a mantener alejadas las influencias destructivas de este mundo.
Y nos guiará para estar más cerca de Allah. Nos ayudará a proteger y llevar a cabo nuestras cinco oraciones diarias. Y derramará una lluvia de conocimiento y guía sobre nosotros a través de sus palabras y consejos.
Nos explicará el maravilloso libro de Allah y las enseñanzas de Su último mensajero. Él nos guiará sobre cómo amar más a Allah y cómo llegar a ser más amados por Allah.
Si tomamos un maestro espiritual genuino, nos conectamos con la gente recta, con aquellos que son verdaderos (Corán 9:119) y le preguntamos a la gente del recuerdo (aquellos que recuerdan mucho a Allah) si no sabemos (Corán 16:43).
Además, cuando tomamos un maestro espiritual nos comprometemos a no volver a nuestra antigua vida. Hacemos esta promesa a Allah con la ayuda de nuestro maestro espiritual porque asumimos que él es más fuerte y más firme que nosotros en obedecer a Allah y seguir Sus indicaciones.
Los Compañeros hicieron tal promesa a nuestro amado Profeta Muhammad (que Allah derrame paz y bendiciones sobre él). Dado que los eruditos islámicos genuinos son los herederos de los Profetas, también heredaron el papel de guiar a las personas sobre cómo purificar sus almas y cómo volverse más agradable a nuestro Creador.
La oración es un regalo
Nuestros maestros espirituales nos enseñan cosas que de otra manera no habríamos llegado a saber. Por ejemplo, sabemos que tenemos que rezar cinco veces al día porque este es uno de los cinco pilares del Islam. Pero, ¿sabías que la oración ritual es un regalo de Allah al Profeta Muhammad (que Allah le envíe paz y bendiciones) y a nosotros?
¡Sí, un regalo! ¡La oración es un regalo para nosotros!
Esta es una enseñanza asombrosa que recibí de mi maestro espiritual, Shaykh Kamaluddin Ahmed. Después de que hablara sobre esto en una de sus charlas, empecé a ver mi oración diaria totalmente diferente. La forma en que lo dijo, las palabras que usó, el sonido de su voz… Todo eso entró directo a mi corazón y cambió mi oración.
Esta es la bendición de un maestro que está conectado con nuestro amado Profeta (que Allah le conceda paz y bendiciones) a través de una larga cadena de maestros espirituales.
Allah ha dotado a esta nación con muchos maestros genuinos de la espiritualidad islámica. Incluso hoy en día, todavía podemos encontrarlos. Deberíamos buscarlos. Deberíamos intentar y hacer un esfuerzo para conectarnos con uno de estos maestros espirituales para que podamos crecer y convertirnos en una hermosa flor. La flor que Allah quiere que seamos.
Traducido del inglés de archivo de About Islam: Find a gardener for your soul